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Thursday, October 29, 2020

El Nuevo Orden Mundial, el Partido Demócrata y el "Deep State"

El histórico 20 de enero de 1917, en las escalinatas del Capitolio en Washington D.C., al tomar posesión del cargo de 45º Presidente de los Estados Unidos de América, el Presidente Trump le prometió al pueblo norteamericano lo que ha cumplido al pie de la letra: luchar por sus derechos, por su prosperidad y por una nación cada vez más grande. Al mismo tiempo se dirigió a los allí reunidos - pertenecientes en su inmensa mayoría  al Deep State o el llamado "pantano" - y les avisó lo que también ha cumplido al pie de la letra: que lucharía incansablemente para eliminarlo ya que ese poder factual, oculto y todo poderoso, existía para su autoperpetuación, para su propio beneficio y que era compuesto por gente que son miembros de ambos partidos y por gente sin partido, pero todos con intereses ajenos a los de la nación.

 Trabajar intensamente a favor del pueblo norteamericano significó recuperar la capacidad manufacturera e industrial, que por años había sido menoscabada a favor de terceros países, fomentar el desarrollo para crear millones de nuevos empleos productivos, eliminar enormes cantidades de regulaciones burocráticas, impuestas por ese complejo burocrático para ser cortejados por los "lobbystas" y enriquecerse para favorecerles, impugnar pactos comerciales desfavorables a la nación, negociados por esa especie de mafia político-administrativa y negociar intensamente para sustituirlos por nuevos acuerdos favorables al desarrollo norteamericano, impulsar la creación de nuevas fábricas e industrias que desarrollasen el empleo local, fortalecer la capacidad defensiva de la nación, entre otras muchas y arduas tareas llevadas a cabo pese a la oposición sorda y recalcitrante de ese "pantano" que había tomado nota de la advertencia de que su existencia estaba amenazada por una administración impulsada por el interés norteamericano y no por el enriquecimiento personal de sus integrantes.

Esa resistencia a la labor presidencial y su hostilidad había tomado forma incluso antes de la llegada a la Oficina Oval del Presidente Trump, conformada sombríamente en la conspiración para atacar a sus colaboradores, tratar de desprestigiar al Presidente y presentarlo como un agente ruso, montar un circo en una investigación amañada y cuyo propósito era sacarle del poder en un "impeachment" creado específicamente con ese fin. A niveles estatales y locales el Partido Demócrata montó la descaradamente llamada "resistencia" para impedir a toda costa que las acciones presidenciales progresaran y fomentando una especie de guerra civil no declarada, desobediencia, provocaciones, intimidación y surgimiento de terrorismo con cualquier excusa y llevando a pleno desarrollo la intención declarada de romper la nación, negar su historia, desbaratar la democracia como fue creada por los padres de la nación y minar a cada momento la autoridad presidencial y sus logros.

El pantano se defendía vigorosamente de la única forma que podía: intentar destruir los logros del Presidente, hacerle la nación inmanejable a través del continuo y descarado sabotaje mediante jueces venales, funcionarios locales subordinados y organizaciones terroristas, azuzamiento de las divisiones raciales y cuanta otra cosa sirviera a sus intereses. Internacionalmente esa hostilidad se ha manifestado y se manifiesta en organizaciones internacionales en manos de aliados de los Demócratas por intereses comunes, colusión y ambiciones de dominio mundial, cuyo escollo fundamental es el Presidente Trump. El pantano no solo existe nacionalmente. Existe internacionalmente. Existe estatalmente. Existe condalmente y existe municipalmente. Donde quiera que hay gobiernos, contratos, regulaciones y oportunidades de enriquecimiento por venalidad o abierta corrupción, abuso del poder público y repartición de favores. Transparencia, poder judicial independiente y fiscalización pública son las medicinas que lo pueden mantener a raya.

Ello explica cómo se unen en un solo odio al Presidente Trump izquierdas y derechas extremas, pero cuya cabeza visible y organizativa es el Partido Demócrata, cuyos líderes encabezan esa guerra civil no declarada y cuyos instrumentos incluyen la prensa, los grandes artistas, figuras del deporte, grandes banqueros e industriales que constituyen las tropas de ese ejército de guerreros contra Trump.

Pero como toda acción desarrolla una reacción, mientras más descarada y vergonzosa es la escalada anti-Trump, más sólido y entusiasta es el apoyo masivo al Presidente por parte del pueblo norteamericano que ha aprendido que Trump es el muro defensivo que posee para impedir que vuelva a ser traicionado y pierda la nación, los principios, la libertad, la prosperidad y la seguridad que le legaron sus antepasados. Y a nivel mundial muchos se han dado cuenta, han despertado, y a pesar de la intensa propaganda anti-Trump, se han convertido no solo en sus admiradores sino también en sus defensores. Cientos de You Tubers transmiten diariamente desde decenas de lugares del mundo y denuncian a los traidores que quieren sacrificarles para permitir un gobierno mundial que los manipule. El ejemplo de Trump y el masivo apoyo con que cuenta les da fuerzas para defender sus libertades, sus familias, sus principios y su prosperidad.

Eso es lo que estamos decidiendo con nuestro voto el 3 de Noviembre. La vida o el suicidio. La verdad o la mentira. La prosperidad o la pobreza. La nación o la opresión mundial.

 

 

 

Thursday, October 15, 2020

LA MENTIRA: DESCARADA Y SISTEMÁTICA FORMA DE GOBIERNO SOCIALISTA

 El 18 de mayo de 1967, fue uno de los abundantes días que el monstruo de Birán escogió para adoctrinar al pueblo cubano prometiendo lo que sabía era imposible de cumplir. Era el aniversario de una de las tantas "fechas Revolucionarias" que los asaltantes al poder de 1959 seleccionaron para "encuadernar" una nueva historia. Se trataba de la llamada Asociación Nacional de Agricultores Pequeños", un "movimiento" que agrupaba "voluntariamente" a los pequeños agricultores que todavía sobrevivían del asalto a la propiedad rural ocurrido en la Primera y Segunda Reforma Agraria y cuyo único fin era disponer de una estructura burocrática más para vigilar, manipular y reprimir a esos pequeños sobrevivientes del desastre confiscatorio del sector agropecuario cubano, del cual jamás se ha recuperado.

En esa diatriba, haciendo gala de su supuesta sapiencia y certeza absoluta de los maravillosos resultados que traerían las "nuevas" políticas sociales y económicas, el "comediante en jefe" se burlaba descaradamente de la población cubana, afirmando "llegará el día en que las frutas, los vegetales, hasta la leche se distribuirá gratuitamente a todo el mundo".  Recordemos que estaba en su periodo "maoísta" que alcanzó su clímax menos de un año después, el 13 de marzo de 1968, con la "ofensiva revolucionaria" en la que copiando a Mao nacionalizó toda propiedad sobreviviente, como Mao en 1958 con "el gran salto adelante".

En ambos casos el fracaso de ese paso "revolucionario" fue desastroso. Y en ambos casos fue enmarcado con un recrudecimiento del adoctrinamiento, de la represión más cruda por el simple uso de palabras y conductas consideradas inapropiadas al proceso. En China se encargó a la "Guardia Roja" y en Cuba a las "Brigadas de Respuesta Rápida". Se ignora con exactitud cuántos millones de chinos murieron de la hambruna que trajo consigo el Gran Salto Adelante y tampoco se ha computado con suficiente amplitud las consecuencias de la "ofensiva fidelista" que llevó al país a un retraso social, económico y político de más de 100 años, retornando a Cuba a la época de Valeriano Weyler y su genocidio contra el pueblo cubano en la Guerra de Independencia en 1895.

Para profundizar en esa burla descarada a quienes tenían que soportar su mentiras y fantasías, prosiguió: "Es que nosotros sabemos lo que estamos haciendo, y nosotros sabemos cuáles van a ser los niveles de producción de este país dentro de algunos años; sabemos cuántas vacas se están inseminando; sabemos cuántas terneras están naciendo; sabemos cuánta leche da una ternera del primer cruce del Holstein con el Cebú, y podemos hacer cálculos. Y sabemos la cantidad de leche que se va a producir, cómo las cantidades de frutas. Sabemos cuántas matas de café estamos sembrando. Llegará un momento, señores, llegará un momento en que podamos decirle también al pueblo: El café que quieran vayan a buscarlo al mercado gratuitamente."

Han transcurrido 53 años de las descaradamente fantasiosas mentiras de esa noche de 1967. La escasez de alimentos en la Cuba sometida es hoy peor que nunca. Unido a la desastrosa administración de estúpidos escogidos por su lealtad y no por su capacidad, el monstruo de la corrupción se ha desbordado desde los altos niveles hasta nivel de cuadra. La insensatez de una política encaminada solamente a asegurar la supervivencia de la dictadura y no a un desarrollo de la prosperidad y la satisfacción de las necesidad ha desbordado esas necesidades. El recrudecimiento de la represión indiscriminada sobrepuesta a la miseria generalizada es asfixiante. El desprecio sistemático a los ciudadanos y a sus necesidades sociales, políticas y materiales crea un distanciamiento social y político abismal.

Todo ello ha generado un monstruo tal de miseria, inconformidad, destrucción de la base de la propia civilización humana, que asoma a pasos agigantados una implosión por la imposibilidad de la población de vivir en las condiciones cada vez más asfixiantes e insuficientes que la tiranía le impone sin alternativa alguna que no sea pedirle dinero a sus parientes desterrados y la esperanza de escaparse del país.

El recorte de prensa de la época es testigo de la mentira descarada:

El hecho de que las autoridades de la tiranía no permitiesen revisar en las bibliotecas públicas los discursos del monstruo anteriores a la fecha, es el mayor testigo de que todas las mentiras dichas en público desde el primer día de la tiranía eran mentiras a sabiendas y que la simple lectura de esos "discursos" permitía darse cuenta del engaño y era la obvia razón para esa prohibición. Nada era fortuito. Todo era planeado.

Thursday, October 1, 2020

La Ley y el Orden

Los Estados Unidos de América fueron fundados con una pléyade de excepcionales hombres de profundo pensamiento libertario, cuya preocupación fundamental era que la nueva República se sostuviese con unos pilares legales, sociales y económicos que la hiciesen blindada a los abusos de poder, a las tiranías de una supuesta mayoría que impusiese sus opiniones y creencias, ignorando, pisoteando y despreciando a las minorías, con una distribución de poderes gubernamentales que garantizase las libertades públicas y la justicia imparcial.

Todos esos principios se basan en la honorabilidad, en la transparencia de los poderes públicos y en el sometimiento a la Ley. Pero ¿qué ocurre cuando la honorabilidad es falsa? ¿Cuándo los gobernantes elegidos responden a grupos de poder que son ajenos al electorado? ¿Cuándo los intereses de esos grupos son más defendidos que los del pueblo? Se genera lo que se ha dado en llamar el "deep state" que el Presidente Trump llama por su verdadero nombre: el pantano.

Ese pantano que se ha conformado espontáneamente cuando desde hace mucho el interés personal pesa más en los servidores públicos que la honorabilidad. Y se convierte en una efectiva tiranía que intenta expulsar del poder a aquellos que se conservan fieles al legado original de los fundadores: honorabilidad, respeto al interés público y acatamiento de la voluntad popular. Esa tiranía oculta tiene representantes en todas las tres ramas del gobierno, en localidades, regiones y estados y se hace evidente su complicidad anónima cuando sus "miembros" desconocen los principios de los fundadores y se hacen ciegos y sordos para cumplir la ley, para aplicarla y para hacerla cumplir. Desde "líderes" electos, hasta fiscales, jueces y figuras públicas.

Como expresión suprema de esa complicidad se manifiesta descaradamente el apoyo hipócrita y lleno de maldad de un cuarto poder público: la prensa. Para esa prensa que se escandaliza porque se aplique la Ley y el Orden que ha existido por más de 200 años, pero estimula el desorden que califica de "derecho a protestar" aunque ese derecho pisotee el derecho de los demás ciudadanos a su vida, su propiedad y su tranquilidad.

Esa hipócrita participación se extiende por todo el espectro público y va convirtiendo la nación a un clima social irrespirable, dónde el "derecho a protestar" de unos cuantos pisotea el derecho a cenar en un restaurant de todo el resto del mundo, o a circular por las calles sin temor a que dañen tu vehículo o agredan a tu familia. Y alcaldes, concejales, fiscales, policías, miran para otro lado, pisoteando la Ley que juraron hacer cumplir.

Los "famosos" -siempre hacen lo mismo- prometen que se mudarán del país a menos que se mantenga el reino del pantano… y eso significa que nos obligarán, poco a poco, a mudarnos a aquellos que no tenemos guardaespaldas privados. Irnos a dónde se respete la Ley y el Orden y se proteja a las personas decentes.

Hay una solución que podríamos aplicar por nuestros derechos ciudadanos: como las autoridades no actúan, ¿para qué pagar sus salarios? La ciudadanía que paga sus impuestos para que ellos cumplan sus funciones puede asistir a las reuniones públicas de todos los lugares dónde no se respeta la Ley y exigir que tampoco se les pague porque no cumplen su trabajo.