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Thursday, February 23, 2017

(tomado de http://cotarelo.blogspot.com/2017/02/la-corrupcion-como-forma-de-gobierno.html

Les ofrezco, por su interés, este artículo publicado en España hace un rato. La corrupción la hemos tratado antes. Y curiosamente, no tengo reacciones...Hay que drenar el pantano, sí o no?

La corrupción como forma de gobierno *

Que España es uno de los paises más corruptos de Europa y uno bastante corrupto en el mundo no lo dice Palinuro. Lo dice Transparency International, una organización internacional dedicada al estudio de la corrupción que en su informe de 2016 situaba a España en el lugar 41 de un conjunto de 194 países. No estamos descubriendo nada.


Es una opinión compartida por la opinión pública. Según el último barómetro del CIS, la población considera la corrupción el segundo problema después del paro. Así es para más del 17% de los encuestados. Al desglosar los baremos se descubre que hay diferencias notables: los votantes del PP no son tan sensibles a la corrupción como los de los otros partidos. Lógico, normal, teniendo en cuenta que el partido del gobierno (ese que, según Aznar, era "incompatible con la corrupción") es tan corrupto que parece una maquinaria de delincuencia organizada para expoliar el país. Algunos jueces lo consideran una asociación con ánimo de delinquir y por eso lo tienen sentado en el banquillo. En realidad, esta atmósfera general y atosigante de corrupción sin límites viene propiciada por el partido del gobierno y el gobierno mismo. La corrupción es hoy la forma de gobierno de España. Y lo es desde el primer gobierno de Aznar. Pero, desde el triunfo electoral de la derecha por mayoría absoluta en noviembre de 2011, se ha extendido a todas las instituciones del Estado.


El Parlamento fue sistemáticamente ignorado por el gobierno del PP con su mayoría absoluta. El país se regía autoritariamente por decreto-ley. El Tribunal Constitucional está sometido a los dictados del gobierno desde el momento en que el último presidente y el que puede serlo a continuación, son militantes del PP. La intervención del gobierno en la administración de justicia es permanente y no solo por sus habituales martingalas para obstruir la acción de la justicia, sino empleándose directamente a fondo a través del ministerio fiscal u otros medios, para conseguir su fin que normalmente es proteger a los ladrones y delincuentes si son de su partido. El uso de la fiscalía para impulsar los procesos políticos contra los independentistas es tan escandaloso como el que se ha hecho en Murcia para tratar de salvar al presidente de la región, por supuesto, del PP.

El caso más patente de la corrupción hoy mismo es el del proceso Noos. A los ojos de todo el mundo, la justicia ha favorecido a los delincuentes o presuntos delincuentes, que prácticamente se han ido de rositas. La hermana del Rey simulando una estupidez casi catatónica (otra burla a la justicia) y su marido por ser quien es, a pesar de haber apandado millones de dinero público. Entre tanto, y para que la gente tenga idea clara de una justicia al servicio de los poderosos, le han caido tres años y medio a un rapero por una canción.


Por supuesto, todos los aparatos de propaganda del gobierno y la derecha, los medios y los publicistas, han coincidido en entender la sentencia del caso Noos como una muestra de la independencia de la justicia y de la igualdad de todos ante ella cuando es patente que es al revés. Tiene que ver con el hecho de que los medios en muy buena medida (siempre hay excepciones) son tan corruptos como el resto de las instituciones en el sentido de que ostentan el record de ser los menos creíbles de Europa y unos de los menos creíbles del mundo. Y tampoco lo dice Palinuro, sino un estudio del año pasado de la Universidad de Oxford.


A una pregunta parlamentaria de Pablo Iglesias en la que se relacionaban algunos casos de corrupción, el preguntado, Mariano Rajoy, contestaba en su habitual tono de cuchufleta que cree muy gracioso que "menos mal que no es usted Robespierre porque tendríamos un problema". No, Iglesias no es Robespierre, pero el país tiene un problema de corrupción y lo tiene el PP y lo tiene muy especialmente el señor Rajoy. ¿Cómo no va a tener un problema de corrupción un país cuyo presidente del gobierno -el que se supone debiera dar ejemplo- está bajo sospecha de haber cobrado sobresueldos procedente de una ilegal caja B? ¿Cuál es la diferencia entre estos cobros -en los que también mojaban muchos dirigentes del PP- y las comisiones, pastuquis y mordidas que han salido a la luz en los procesos en curso y los que vendrán? ¿Cómo no si ese mismo presidente lleva años avalando y apoyando a cuanto dirigente de su partido se ha visto acusado y/o condenado por corrupción, a Matas, Fabra, Mato, Bárcenas, Camps, Barberá y ahora ese tal Sánchez de Murcia?


El problema es que, con un personaje corrupto al frente de un gobierno corrupto, el resultado solo puede ser el que es: uno de los países más corruptos de Europa. Y eso, además, gracias a la abstención del PSOE. único responsable de que se prolongue esta insufrible situación.


·       Publicado por Ramón Cotarelo en 12:40 a. m. 


Friday, February 10, 2017

La Guerra Total

Desde su fundación, esta gran nación siempre fue el baluarte de las esperanzas de la humanidad, basado en tres columnas: la libertad religiosa, la libertad económica y los valores familiares.  La nación, guiada por sus principios morales sufrió incluso una cruenta guerra civil para culminar un proceso básico de la libertad: el fin de la esclavitud. 

En la senda del crecimiento perpetuo, basado en la democracia, la libertad económica, política, social y religiosa, el país ascendió al lugar más cimero en el mundo y siguiendo esos principios se convirtió en un faro de luz universal al vencer a los enemigos de la humanidad en la Primera y la Segunda Guerra Mundial. En la Post Guerra, los Estados Unidos de América contribuyeron activamente a la reconstrucción de Europa y Japón, llegando a un nivel de desarrollo económico y social desconocido hasta entonces por la humanidad.

Al mismo tiempo, intereses ajenos a la nación fueron tomando posiciones. Apoyándose estratégicamente en el natural desarrollo de las luchas sociales por las libertades civiles, un movimiento llamado “progresista” se enquistó en esa dinámica, importando las clásicas y erosionadas ideas del socialismo, ahora disfrazadas de un nuevo tinte de progreso social y aprovechando muy inteligentemente circunstancias coyunturales, se hizo una fuerza dominante en varios espacios de la sociedad, claves para su crecimiento: la educación, el periodismo y la clase política.

La agenda progresista aprovechó muy bien cuanta oportunidad se le presentó en todos los ámbitos de la vida social del país y se alió muy inteligentemente con todos los estratos sociales afines, tomó cuanta bandera le convenía para hacerse dueño de las agendas de instituciones y organizaciones de todo tipo y finalmente, se alió con quiénes les aseguraban un poder mayor: un grupo social con una agenda globalista, de dominio y alcance mundial, enfrascado en gobernar al mundo a mediano plazo mediante la influencia económica y la alianza con esa misma clase europea, que fue conformando un poder mundial real, manejado por los hilos económicos, por la influencia socio-política que fue haciendo metástasis en todas partes, dominando las organizaciones internacionales de todo tipo, preparando su ansiado gobierno mundial.

Para llegar a esas metas finales la agenda exigía eliminar un obstáculo: el papel dominante de los Estados Unidos de América en la escena mundial y el atractivo que su ejemplo de desarrollo socio-económico posee para todo aquel que en el mundo desee el bienestar de su propio país.  El elemento progresista entró en acción, utilizando alianzas impensables, muchas veces bizarras, pero que minarían la fe del país y del mundo en los principios verdaderos del sano desarrollo: la familia, los valores de la civilización judeo-cristiana y la libertad económica, tanto individual como social.

Esa agenda ha venido teniendo éxito por toda la segunda parte del siglo XX y en estos primeros años del XXI, infiltrada dentro de todas las organizaciones y los escalones de la vida socio-económica. Particularmente en los últimos treinta años ha entronizado un desmantelamiento de los intereses nacionales paralelamente a la socialización creciente de las naciones occidentales europeas, al impulso al desarrollo de las fuerzas internacionales antagónicas en Asia, al sostén de la Cuba castrista y sus posiciones aliadas en el propio patio norteamericano,  a la implantación efectiva de un modelo de destrucción de la sociedad capitalista a través del deterioro de las relaciones de intercambio comercial con todo el resto del mundo, el debilitamiento creciente del poderío militar, de la moneda y del prestigio norteamericanos, la implantación de un modelo burocrático lleno de permisología paralizante en nombre de cuidar el ambiente, de garantizar supuestas cualidades sociales y a la desmoralización creciente de la vida social por todas las vías posibles, en nombre de libertades huecas y derechos creados al efecto.

Cuando ese modelo había llegado a su cima con Barack Obama como cabeza visible y Hillary Clinton como  su próximo CEO, la población norteamericana fue despertando del letargo en que la tenían sumida y de golpe surgió el abanderado que pondría todo en su lugar con una simple consigna, pero con un contenido aterrador para esa clase dominante: Hacer América Grande Otra Vez. El inesperado despertar se convirtió en la fuerza incontenible de la voluntad popular norteamericana  que una vez más asombró al mundo y triunfó arrolladora y aplastantemente en Noviembre del 2016.

Como era de esperar, ese monstruo que aparentemente tenía en su poder a Estados Unidos para engullírselo definitivamente  y poder instaurar oficialmente su gobierno planetario no iba ni va a quedarse tranquilo, contemplando como su ansiada obra se desmorona. Inmediatamente comenzó a mover sus ejércitos, muchos de ellos ni siquiera se imaginan que lo son, contra Donald J. Trump, declarado oficialmente “el malo de la película” por aquellos que las crean, hombre muy peligroso para esas huestes, no solo un símbolo norteamericano de lo que esta nación ha sido, es y será, sino también el abanderado virtual de muchos otros que ven en su política y su estilo fresco, antípoda de la ortodoxia política que tiene al mundo sumido en su peor crisis en los tiempos modernos y que ha descubierto que sí se puede reparar el daño causado con la receta de siempre: libertad.

Ese ejemplo terrible para ellos de un Presidente que cumple todas y cada una de sus promesas desde el día que llegó al Poder, es enfrentado por todos esos intereses a toda costa y a todo costo, usando cuanta arma, truco, subterfugio, palanca y mecanismo habido, por haber, con una sola estrategia: pararlo, destruirlo y dejar como ejemplo que contra ellos es imposible ganar. 

Hasta ahora no lo han podido parar. Pero tenemos que estar conscientes que ellos tampoco se van a parar y que la victoria definitiva se alcanzará no solo dentro de nuestra fronteras, sino también mucho más lejos. Y que tendremos que pagar el precio de la lucha diaria contra esa resistencia declarada, para lo cual tenemos una carta de triunfo: el respaldo diario a Donald Trump, la denuncia cotidiana contra las maniobras de sus enemigos, el descubrimiento de sus traquimañas y el desenmascaramiento de aquellos que se mantienen ocultos dentro de nuestras propias filas pero que siguen siendo agentes, voluntarios o no, pagados o no, pero agentes, del enemigo más poderoso de la humanidad que no quiere dejar de dominarnos a nosotros y al resto del mundo.


Wednesday, February 1, 2017

El Camino de la Prosperidad

Los efectos de la política de trabajar activamente por el crecimiento económico del país se hacen ver aún antes de convertirse en política oficial a partir de la inauguración oficial del Presidente Trump.

Solamente el anuncio de que esa política había triunfado en las elecciones de Noviembre 7, 2016 produjo inmediatamente el siguiente efecto en la región de toda Norteamérica:
  • Estados Unidos creció al 112 % en Noviembre del 2016 respecto al mismo mes en 2015 
  • Canadá tuvo una baja con solamente el 92% en Noviembre del 2016 respecto al mes en  2015
  • México también solamente llegó al 96 % en Noviembre del 2016 respecto al mes en 2015
Significativamente, la subida del índice de nuestro país fue acompañada de la disminución de los otros integrantes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. En Diciembre 2016:

En Diciembre del 2016, otra vez para toda Norteamérica;
  • Estados Unidos creció al 114% respecto al mismo mes en 2015
  • Canadá solamente llegó al 91% respecto al 2015
  • México también solamente alcanzó el 95% del 2015            
Los números hablan por sí solos. 

Las cifras de Enero del 2017 aún no están compiladas, pero la tendencia parece ser la misma.

Con respecto a lo que llamamos la Bolsa de Valores, el conjunto del movimiento financiero de la subida y bajada de las acciones y medios que conforman el precio que el mercado le concede a las propiedades que se cotizan, es un conocido reflejo de la esperanza de los inversionistas.

Una subida significa que los propietarios vieron subir los valores de mercado de los valores que poseen y una bajada es una pérdida del conjunto (aunque el promedio es una variable compuesta por los que suben y los que bajan y siempre hay perdedores y ganadores individuales) que significa que hay muchos más perdedores que ganadores. 

Los ciudadanos poseen en cartera esas acciones, aunque no lo sepan. Sus cuentas de retiro son sus inversiones y suben y bajan con este indicador. Las cuentas de retiro de los empleados municipales, condales y estatales también están en esa bolsa, por lo que la subida y bajada de esa montaña rusa afecta a la mayoría, no solo a los grandes capitalistas. Todos somos inversores capitalistas… Pues bien, un dato: las cuentas de retiro en inversiones han crecido, reflejando los movimientos de la bolsa, un promedio de 6 veces más en este período Noviembre 8-Enero 31 que en los tres años anteriores.

Eso da una idea de lo positivo que piensan los inversionistas sobre qué va a suceder y lo acertado de la política de Hacer Grande América Otra Vez.  Al mismo tiempo nos enseña por qué la política obstruccionista, el escándalo diario de la oposición liberal diseñada entre otras cosas, para que no nos demos cuenta de lo equivocado que siempre estuvieron, y que hacer grande nuestro país es la obligación de nuestra generación para dejarle un mejor futuro y esperanza a nuestros descendientes.