Search This Blog

Friday, June 30, 2017

El costo oculto de la fuerza laboral

La Economía se encuentra en un proceso de expansión. El desempleo ha bajado a niveles que requieren que los negocios, las empresas, los empleadores en general, se vean obligados a considerar el recurso fuerza de trabajo como un recurso potencialmente escaso, lo que demanda un enfoque racional.

La eficiencia en el uso de los recursos es lo que más se espera de un administrador. El administrador es el máximo representante de la autoridad al nivel de que se trate y dependiendo de ese nivel en que nos encontremos y de la esfera de que se trate se ocupa  del conjunto de actividades y funciones para lograr la máxima eficiencia de la organización bajo su mando.

Si estamos en la Iglesia Católica es el Papa. Si estamos en las Fuerzas Armadas es el Comandante Supremo. Si analizamos una ciudad, es su Alcalde, si un Estado su Gobernador, y si estamos en una empresa es el CEO. Esta figura no se puede esconder detrás de otro (como frecuentemente podríamos encontrar en la burocracia) y en todos los casos esa máxima figura es nombrada (o al menos debía serlo) con la intención que obtenga la máxima eficiencia. De eso se trata la Economía y de eso se trata la Administración: de obtener la máxima eficiencia, que significa los mejores resultados posibles con el menor nivel de gastos posibles.

En toda actividad  de producción o servicios, ya sean sociales, privados o una combinación de ellos, se trata de sacar la máxima partida de los activos fijos y corrientes, de incurrir en la menor cantidad de gastos y de lograr la mejor asociación provechosa del capital y los recursos humanos.

Estamos muy familiarizados (porque casi todo el mundo habla de ese tema) con las potencialidades de la inventiva, de la creatividad y de la incertidumbre operacional que resultará de una creciente automatización de si no todas, la mayoría de las actividades. Toda publicación que se respeta trata de los mercados globales, del comercio internacional, del aprovechamiento  que se produce con nuevas formas de transporte de cargas y en todos los casos los sistemas informáticos que los manejan, les maximizan su eficacia y de la preparación del personal especializado que hará concretamente que se produzca el milagro del resultado perfeccionado en cada una de las  nuevas condiciones.

La fuerza laboral del país, a lo largo de su geografía es la encargada de hacer el trabajo. De operar las maquinarias y equipos, los sistemas de transporte, los almacenes, las oficinas, los sistemas informáticos…y cuando se produce una falla las consecuencias son imprevisibles. Se trata de las grandes fallas que paralizan la economía o una parte de ella. Pero y quién contabiliza las pequeñas, a veces imperceptibles fallas en la coordinación humana, en la iniciativa, en la falta de experiencia o entrenamiento, en la coordinación funcional, que se producen a cada momento por ese detalle que planteamos en el tercer párrafo: “lograr la mejor asociación provechosa del capital y los recursos humanos”.

Y es importante destacar que los sistemas informáticos, las maquinarias, los barcos, los almacenes … no tienen sentimientos y operan a plena capacidad, pero no así los que los operan, cuyos sentimientos positivos o negativos, de aceptación o rechazo, de simpatía o antipatía son casi siempre invisibles pero tienen una poderosa influencia en esa “mejor asociación”.

Durante una buena parte  del siglo XX la Administración de la época reconoció con mucha profundidad el problema y todos recordamos como las empresas, las organizaciones y las instituciones de todo tipo priorizaron la dedicación a cultivar esa “lealtad”: “simpatía sistemática” “defensa de los intereses comunes” u otro de los muchos títulos que ello recibió, pero que se trataba de hacer pensar al trabajador en la conveniencia mutua de que su actitud, disposición y entrega al trabajo fueran no solo impecables, sino parte de la cultura, tanto del trabajador como de la institución.

El conocido fenómeno del trabajador para toda la vida, que comenzaba a trabajar como aprendiz hasta llegar a la mejor posición posible al jubilarse, era un interés muy marcado empresarial y se creaba y cultivaba la familia empresarial con todo tipo de políticas de acercamiento, preferencias familiares, agasajos, reconocimientos, y cuanto detalle hiciese mejorar ese nexo, considerado entonces indispensable para ambas partes de la ecuación laboral.

La era que podríamos llamar “post industrial” de la segunda mitad hacia adelante del siglo XX vio languidecer esas políticas (al menos masivamente) y el proceso de despersonalización atacó de manera generalizada. No solo con los  trabajadores sino incluso con los ejecutivos de todo nivel. Los atletas profesionales son una de las mayores manifestaciones de ese fenómeno. Sus carreras no están ahora necesariamente enlazadas al equipo que le descubrió su talento y le dio la oportunidad, sino a sí mismos. Los magnates comenzaron a dejar de ser los dueños de los equipos y son ahora los atletas, que en no pocas ocasiones se convierten en dueños.


No hay dudas que la influencia tecnológica y otros elementos similares dan una tónica diferente a las actuales relaciones, pero al hacer los cálculos de lo que cuesta diariamente esa falta de lealtad, de entusiasmo y de asociación, se pone de manifiesto que es necesario buscar una nueva incentivación de ese fenómeno, el cual puede ser más subjetivo y moral que material. 

Ha llegado la hora de  estrechar el aprecio mutuo y la lealtad entre la entidad y el trabajador. Y no solo por un discurso o una mención, sino debe contener algo más duradero y estimulante.

Saturday, June 17, 2017

El Presidente Trump visitó Miami, ayer

Específicamente vino a La Pequeña Habana, para hacerle saber a la comunidad Cubano-Americana de la Florida, cuya mayoría reside en Miami-Dade y considera la Pequeña Habana como su casa materna, que su palabra empeñada en esta misma comunidad en la campaña electoral del 2016, se cumpliría con la firma de una orden ejecutiva que pondría la relación USA-Tiranía castrista en el mismo lugar que estaba antes de los acuerdos que secretamente habían negociado uno de los asistentes de Barack Obama y uno de los descendientes de los Castro, con el auspicio del Papa Francisco.

Para los simpatizantes del Presidente Trump en esta Comunidad, que son una mayoría, fue un acto de gran satisfacción. Hay, como mínimo, dos razones: 

Primera: la palabra empeñada de un candidato a la Presidencia se cumpliría, cosa no muy común entre los políticos profesionales que reparten promesas electorales a tutiplén y las cumplen rara vez, lo que ratifica la confianza depositada en el Presidente con nuestro votos, y

Segunda: Las aspiraciones, deseos y empeño por la Libertad de nuestros hermanos de la Isla se encuentran mucho más próximas con el respaldo de sus aspiraciones por parte de nuestra gran nación y especialmente su Presidente, que con el espaldarazo a los culpables de su opresión que había hecho la administración anterior, y que para que no quedase duda alguna, se santifico con una visita de estado personal del entonces Presidente Obama donde sostuvo cálidas relaciones con el enemigo jurado de nuestro pueblo, su opresor por más de 58 años.

La interpretación que los simpatizantes de nuestro Presidente le damos a esos hechos difiere mucho de la que le dan sus enemigos, que sospechosa y coincidentemente son los mismos que de manera explícita o implícita respaldan a nuestro enemigo jurado: la tiranía castrista.

No es posible imaginarse a la representación suprema del mundo libre, al Presidente de los Estados Unidos de América compartiendo alegremente con la peor representación de una tiranía opresora de la que solamente quedan pocas en el mundo actual y una de las más descollantes por su record histórico de desprecio a las normas elementales de la convivencia, por la opresión inmisericorde sobre un pueblo que ha llevado al paredón de fusilamiento masivamente, por una cárcel con las condiciones más inhumanas, por llevarlo a la muerte como carne de cañón de sus aventuras militaristas internacionales y por el deterioro de las condiciones de vida más asombroso que ha hecho retroceder la sociedad a fechas anteriores insospechadas. Y que a su vez se ha regodeado públicamente de sus acciones intervencionistas para llevar a sus países vecinos al caos mediante la subversión, el desembarco de guerrilleros, la propaganda y la desestabilización. Y que se ufana en haber hecho todo lo posible por atacar a los Estados Unidos con todo lo que a su alcance ha dispuesto en guerra sucia de todo tipo, en instalación de bases nucleares con el propósito abierto de provocar la muerte masiva de millones de norteamericanos en sus grandes ciudades.

Los Estados Unidos de América son el líder mundial de la Libertad y de sus símbolos y ha sido una de las peores acciones de la Administración anterior desnaturalizar ese hecho, negociando con países como Irán y la propia Cuba y hacerlo a espaldas del Congreso y de la opinión pública con acuerdos secretos cuyas interioridades solo se conocían por los negociadores con cláusulas secretas para todo el mundo.

No hay diferencia alguna entre el régimen castrista y el de Corea del Norte, excepto en el idioma que hablan y en la idiosincrasia de su cultura respectiva. Junto con Irán prometieron "poner de rodillas" a los Estados Unidos... ¿hace falta alguna otra prueba del tipo de régimen de que se trata?

Para los enemigos del Presidente, muchos de los cuales prefieren la Ley Sharia a la Constitución, pues resulta natural que rechacen lo que a nosotros nos parecen bien. La Libertad no es negociable y los Estados Unidos de América son eso: el símbolo de la Libertad, de la prosperidad ligada a ella y del respeto absoluto por los derechos humanos.

Para los que prefieren los negocios a los principios les queremos recordar algo que Vladimir Ilich Lenin, ideólogo de la maldad pero no tonto, reflexionó: los capitalistas están tan embobecidos por ganar dinero que son capaces de vendernos la soga con la cual los ahorcaremos...

Si alguien tiene un argumento mejor...


Thursday, June 8, 2017

Translation of the post I made yesterday in Spanish: Good Job! Mr. President

Donald J. Trump stated that he is the President of USA and not of the whole world, thus he retracted from the so called Paris Agreement favoring that each nation must depend on itself and not from the American charity.

That Agreement was signed by Obama, without Senate approval. It demands the USA for “voluntarily” donate up to $410,000 Million to contribute to the Green Fund (without explanation on how the fund will be disbursed) in order to avoid contamination from the Third World nations, which by the way are not always fully able to do so in the best way.
Additionally, imposes to Washington, also “voluntarily” restrictions for output of steel, coal and other power products and services, deemed “pollutant” up to 80% of them, while giants as China and India are exempt.

“Global Warming” is now called “climatic change” and because of lacking of scientific backup has turned as a religion of the leftist liberals. “An Inconvenient Truth”, the book from Al Gore which awarded him a Nobel Prize, is currently their “Bible”.
The “god” they adore now is the Earth Planet (called by several Andean natives “Pachak Mama” or “Mamma Pacha” to whom they offer sacrifices in order to get healthy crops. Trump’s enemies say that the departure of America from the Pact is a lethal stab to Pachak Mama.

All of them know very well that it is an Orwellian lie. Globalists care for the planet just a means of income, political power and dominance tool. Their daily abuse to the planet with pollutants from their big yachts, private planes and luxury homes are the best test of their good will.
Some say that China will cover the “hole” from America’s contributions... The “crusade” to save Pacha Mama, backed by the Pope, among many, assumes that China will pick up all the “forbidden” output for USA. It looks that more that crusade for Pacha Mama is a crusade for Pacha Obama, where always everything were good for everyone but USA.

What they really want is power control from global resource management. The great achievements in technology to lower contaminants belong to America, which has always shared them with the whole world.
When President George W. Bush refuses to sign the Kyoto Protocol for similar reasons with Trump, they delivered the most terrible attacks on him. But America’s levels of CO2 emissions were lower than the goals of Kyoto. Private innovation is the driver of progress and global planning does have a poor record of efficiency.

President Trump says that the development of new sources of power will survive and flourish from the power of competition and efficiency. For example, gasolines are cheaper in America because of competition and free management will bring over the failure or cartels like OPEP.
Poor countries need accelerated growth, which doesn’t come out from alternative power but from competition. Greater poverty means greater pollution. The effect is mixed with the cause.

President Trump visited Brussels, where he insisted with countries in default among NATO members to comply with their payments. At the end of WWII, America located troops in Germany and Japan, the losing countries of the war, to avoid a resurgence of militarism. Time for the developed countries’ fair contribution is now. The expenses for their own security and defense are being on the backs of the American citizens and it is the moment to end those practices against the wellbeing of our people.
Obamacare, on its way to die, wanted to control 16% of the PIB of the country. If the control of our resources would continue this path, a bigger chunk of the economy would go under “collectivist control”. “No while I am President”, said President Trump, for our satisfaction.

We have to disassemble the way of Alinski and the Frankfurt School to recover our freedom and prosperity.
Good Job, Mr. President !

Wednesday, June 7, 2017

Buen Trabajo, Señor Presidente !!!


Donald J. Trump declaró que es el Presidente de los Estados Unidos y no del mundo, por lo cual se retiraba del Acuerdo de París para que cada nación dependa de sí misma y no de la caridad norteamericana para mejorar las condiciones ambientales.

El Acuerdo, que firmó Obama sin la aprobación del Senado, exige a los Estados Unidos que “voluntariamente” done hasta 410.000 millones de dólares al Fondo Verde, destinado (sin decir específicamente cómo) a evitar la contaminación en naciones del tercer mundo, muchas de ellas con dudosa capacidad para emplear esos fondos eficientemente.
Adicionalmente le impone a Washington, también “voluntariamente”, que restrinja la producción de bienes y servicios considerados contaminantes en el área de la producción de aceros, del carbón y otros productos energéticos, a niveles hasta del 80%, mientras gigantes como China e India quedan exentos de hacerlo.
 El “global warming” o recalentamiento global, ahora llamado cambio climático por falta de pruebas científicas, se ha convertido en la religión de los “liberales de izquierda”. “An Inconvenient Truth”, el libro de Al Gore por el que le otorgaron el Nobel de la Paz es la nueva Biblia de los mismos..
El dios que adoran ahora es el planeta tierra (que los indígenas andinos llaman Pachak Mama o Pachamama o Mama Pacha que adoran con ritos de sacrificios para la fertilidad de las cosechas). Los críticos de Trump dicen que la salida de USA del Convenio de París significa “una estocada de muerte a  Pachak Mama.
 
Bien saben que esa es otra mentira orwelliana. A los globalistas les importa un comino el cuidado del medio ambiente. Lo demuestran cada vez que se movilizan a las reuniones en lujosos jets y yates de alta contaminación ambiental y en  sus residencias de todo tienen menos “green energy”.
Lo que está en juego es el control del poder mediante la manipulación de la redistribución de la riqueza y  de los resultados. El más alto desarrollo tecnológico en la lucha contra la contaminación ambiental la tiene y la aplican los Estados Unidos, al tiempo que la ha puesto y la pone a disposición del mundo.
Cuando el Presidente George W. Bush se negó a firmar el Protocolo de Kyoto de 1992 por parecidas razones que Trump, la emisión de CO2 bajó en los Estados Unidos por debajo de las metas allí trazadas y por iniciativa privada, pero igualmente fue horriblemente atacado. El Acuerdo de París limita el papel rector del mercado y a la innovación en todos los campos, sobre todo al energético, a favor de planeamiento centralizado que hace muchas décadas sabemos que no funciona eficientemente.
Trump plantea que el desarrollo de nuevas fuentes energéticas como las solares o las eólicas, compitan y sobrevivan sin subsidio estatal sino sobre la base de su eficiencia. Gracias al sistema, los combustibles en los Estados Unidos no son un artículo de lujo como en Europa y la libre explotación de los recursos significará el ocaso definitivo de carteles como la OPEP.
 El encarecimiento de la energía frustrará los esfuerzos que se realicen por propia iniciativa o con ayuda externa para que los países pobres alcancen un desarrollo más acelerado. A mayor pobreza, mayor contaminación. La miseria no será superada con energía eólica ni solar, ni ninguna de éstas hará factible la telefonía, el tratamiento de aguas, la salubridad en general. Por el contrario, el efecto se confunde interesadamente con la causa.
 En su reciente visita a Bruselas el Presidente Trump instó a los socios morosos de la  OTAN a ponerse al día en sus pagos. Cuando terminó la II Guerra Mundial, Estados Unidos se convirtió en el mayor financista del organismo y por el temor a un resurgimiento del militarismo, instaló tropas en Alemania y Japón, lo que ahorró ese gasto a los derrotados. Hace rato que es hora que los países desarrollados contribuyan efectivamente a su propia defensa y seguridad para aliviar el peso sobre los hombros de nuestros ciudadanos.
Se dice que China cubrirá el “vacío” dejado por los Estados Unidos en la “cruzada” (que el Papa Francisco apoya) para defender a  Pachamama. Mas el Acuerdo exime a China de todo compromiso hasta el 2030 presumiéndose que toda la producción de carbón prohibida a Estados Unidas la desarrollarían los chinos. Más que Pachamama es Pacha Obama, todo siempre a favor de terceros y contra los Estados Unidos.
El Obamacare, camino a desaparecer, fue el mayor asalto a la economía de mercado. Buscaba el control del 16% del PIB. Con el intervencionismo del Acuerdo de París, violatorio de la Constitución, un área mucho mayor de la economía habría sucumbido al “colectivismo”, esta vez global. “No mientras yo sea Presidente”, dijo Trump, para nuestra satisfacción.
 Hay que desmontar, paso a paso la ruta de Alinski y la Escuela de Frankfurt. 

Buen Trabajo, Señor Presidente !!!