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Friday, December 17, 2021

La contradicción de la contradicción...

 A partir del recién nacido ser humano, la humanidad ha recorrido un largo camino socio-económico y político. Desde  la comunidad primitiva hasta la etapa actual, no siempre ha sido recorrida uniformemente por cada grupo humano y en muy diversas etapas de ese recorrido, con muchas diferencias entre territorios, naciones, grupos, razas, y conglomerados humanos de todo tipo. 

Una conclusión surge de la revisión de ese camino: todo futuro ha sido mejor que el pasado. Nunca la humanidad ha ido a peores, a sociedades peores para el ser humano que las previamente vividas. Eso aparece a simple vista. Hasta llegar a los últimos tiempos que vivimos.

El comunismo primitivo que surgió espontáneamente cuando el ser humano se agrupó para sobrevivir a la naturaleza, vencer a sus enemigos naturales primero y a sus competidores después, por una mayor eficiencia en sus métodos de caza, pesca, recolección, mejores oportunidades de sobrevivir como grupo que en forma individual y aislada, fue modificándose paulatinamente, conservando sus raíces de necesidad de sobrevivir y transformándose cualitativamente como consecuencia de esa vida grupal, donde líderes espontáneos organizaban la vida para defenderse de la mejor manera, producir de la manera más efectiva y regular en forma creciente las relaciones entre los individuos, que iba lógicamente complicándose a medida que el grupo creció en tamaño y complejidad.

Cómo era de esperar, el instinto original de sobrevivir, se fue modificando y surgieron otros distintos, como imponer su voluntad; trabajar menos beneficiándose del trabajo ajeno; esclavizar a grupos rivales a consecuencia de luchas por la posesión de las mejores tierras y áreas, beneficiarse a sí mismo y a su núcleo íntimo del intercambio primitivo de herramientas, adornos y primitivas artesanías que empezaron a crearse. Nuevos fenómenos de múltiple naturaleza que espontáneamente surgieron a consecuencias del crecimiento del conocimiento, de la habilidad diferenciada de unos y otros.

La vida humana empezó un largo camino de especialización y diferenciación, hasta la creación de especialistas, como en el campo de la curación, el de la influencia a través del espíritu, los hasta un momento espontáneos líderes se convirtieron en políticos primigenios, y un largo proceso de diferenciación de la vida humana, del papel que cada individuo desempeña en el grupo, de las habilidades diferenciadas, de la posesión de bienes fruto de todo lo anterior, de la posesión de prisioneros provenientes del triunfo ante otros grupos, que genera la esclavitud, la necesaria administración de una producción creciente, y un largo número de etcéteras, que hicieron imposible la vida “comunista”, igualitaria, de los grupos humanos originales, lo que desembocó en organizaciones sociales, políticas, económicas; todas nuevas, ajenas a todo lo original y determinaron el surgimiento de un poder político, necesariamente impositivo y monopolizador de la violencia para poder mantener el “orden” establecido en cada momento.  

La gran contradicción es que ahora hay muchas personas que “luchan por la igualdad”, por la “eliminación de las desigualdades”, que fueron, son y serán la semilla del progreso y el desarrollo humano.  Vemos como hay organizaciones políticas que tienen en esa “eliminación de las desigualdades” su razón de existir y luchar “por un mundo mejor, sin desigualdades”. 

La segunda contradicción es la existencia de políticos profesionales. Personas que encuentran que trepar por encima de los demás, no por condiciones naturales, sino por ordenamiento socio-político, que les permite tener una existencia material asegurada por los demás, con la condición de ser “electos” en las llamadas democracias y ser auto-escogido por sí mismos o por el grupo social dominante en las sociedades autoritarias. 

La tercera contradicción es la desaparición paulatina de los derechos individuales que se habían conseguido en las llamadas “revoluciones burguesas” de larga data. La libertad de opinión y la libre expresión, cuya supresión es creciente por las redes “sociales”, por la “media” controlada por la clase social dominante (ahora escondida bajo autoridades gubernamentales y socio-políticas) es ejercida cada día en peores condiciones por quienes desean proclamar “verdades” en contradicción con esa clase dominante. El surgimiento de la internet, que fue bienvenida como la verdadera libertad de expresión que permite que un individuo cualquiera pueda ser escuchado a nivel global, ha resultado en su contrario. La verdad “oficial” de You Tube, Facebook, Twitter, silencia esa posibilidad. Los editores de los medios hacen lo mismo en la prensa, radio, cine, TV, etc.

Esa clase dominante, todopoderosa, ha sustituído a los dinosaurios como amenaza existencial de la humanidad. Ahora pretende un “reseteo”, una nueva forma global de poder con herramientas creadas como el FMI, la ONU, la UE, la OMS, etc etc para despojar a la humanidad actual de lo logrado en miles de años anteriores de progreso verdadero y sustituir todo el entramado de libertades “burguesas” en un gobierno mundial que nos salvará de nosotros mismos, perfeccionando lo que el nazismo y el comunismo no pudieron, con una plutocracia que se vale de todos los instrumentos, desde el fetichismo, la mentira, la verdad única, la supresión de las opiniones diversas, y un largo etcetera. 

Hay signos muy fuertes de movimientos en sentido contrario. Mirar a nuestro alrededor y la fracasada intentona de “igualar” a todo el mundo con todo tipo de “salvación de la vida y el planeta” y la rebeldía masiva que se transforma paulatinamente en rebelión social pacífica es inexorablemente algo a la vuelta de la esquina. 

La humanidad no puede ir para atrás. No es el fin de la Historia.


Tuesday, December 7, 2021

¿Y Brandon?....¡Cada vez peor, gracias!


Hay muchos que han pretendido “construir una sociedad más justa” durante siglos. Desde la Comuna de París hasta el horror de la actual Habana Vieja, y ha sido sufrida por muchas naciones: rusos, ucranianos, uzbekos, europeos orientales, peronistas de varios colores y sabores, venezolanos; todos con el mismo resultado: constante, absoluto e inequívoco fracaso. Retraso, nivel de vida mucho peor, hambre, miseria, escasez, mediocridad empoderada, pobres convertidos en pordioseros, retraso educacional, científico, social, moral, cultural; más de 100 millones de muertes y una nueva  élite de “dirigentes”; “líderes” erigidos en semi-dioses, dueños únicos de una verdad “oficial”, mentirosa, opresora, lavadora de cerebros y sin escrúpulos para encarcelar, reprimir, matar, ordenar enfrentamientos civiles, siempre rodeados de una corte de facinerosos aduladores, sirvientes y lacayos, que son los que aprietan el gatillo de la barbarie ordenada por ellos, para mantenerse en el poder eternamente.

Pese a esa obvia realidad histórica, en cada generación aparecen nuevos aspirantes a “líderes”. Porque siempre hay muchos que desean tener ese poder absoluto de que disfrutan los “líderes supremos” de esas sociedades. Claro está, siempre disfrazando esos propósitos con bellas frases, discursos sobre la “justicia” social, racial, etc.. Para “motivar” a muchos inocentes a que se sumen a esa “causa” que inequívocamente ama tanto a los pobres que los multiplica hasta convertirlos en mayoría. Mientras más pobres y dependientes de los “líderes supremos” y sus lacayos y matarifes, pues más esclavizados se sentirán, más obligados por las circunstancias a ser obedientes, miedosos de la libertad e independencia, agradecidos de las piltrafas que les conceden y sin aspiración alguna a vivir libres, independientes, llenos de sueños e ilusiones, como viven los seres humanos libres. Lo peor de esas sociedades es la desesperanza generalizada que generan.

La inevitable justificación de los “justicieros” que quieren igualdad y preconizan la distribución “igualitaria” de la riqueza  es presentar los hechos como que los pobres son pobres, por culpa de los ricos. Que es necesario imponer impuestos y gravámenes de todo tipo para que el todo poderoso “gobierno” realice su papel de Robín Hood de quitarles a los ricos para darles a los pobres. Eso les permite empoderarse en la administración para una distribución “conveniente” de esos ingresos que les asegure el “agradecimiento” de los “favorecidos” para eternizarse en poder administrativo, donde disfrutan de prebendas, ingresos paralelos y poder político para jamás perder esas posiciones.

Esa dinámica genera un enorme aparato administrativo que manejan a su conveniencia y enormes fondos que les permite “estimular” a proyectos favorables a sus ideología, a sus protegidos y en el decursar del tiempo, una nueva clase social, privilegiada, todopoderosa, que nadie ha elegido, pero que maneja, administra la cosa pública, la educación, que fortalecerá la ideología que le conviene a las generaciones futuras, al aparato de cumplimiento de la Ley, a una enorme burocracia que siempre tendrá nuevas regulaciones “necesarias” de todo tipo…ese monstruo que llamamos el “deep state”. 

Esa “ideología” genera su propia auto-alimentación para ser cada vez más poderosa. Justificaciones, hay y se generan muchas más diariamente. Desde el cuidado del medio ambiente, hasta cualquier otra cosa imaginable de la actividad humana, requiere un permiso, que un burócrata emite. Una legislación que la regule; un aparato burocrático que la administra. Impuestos y gravámenes que necesitan un ejército de recaudadores y administradores. Para todo eso se genera una ideología intervencionista. La sociedad más exitosa del mundo, la de la libertad individual, empresarial, y socio-económica es manipulada con todo tipo de artilugios intelectuales, filosóficos y sociales. De repente la Ley del Mercado es sustituida por “la necesidad de regular el mercado”. Algo así como la negación de la negación…¿Regular la Oferta y la Demanda? El dinero ya no es una medida del valor, una palanca de consolidación de la sanidad del mercado libre, sino todo lo contrario, una palanca de manipularlo, y de paso de generar más impuestos onerosos, invisibles y espantosos, como la inflación, que es la forma maligna de obligar a contribuir a los más desvalidos.

El inexorable paso del tiempo en esas condiciones, crecientemente y conscientemente alimentadas, pues llevará a un gobierno crecientemente autoritario, enlazado a escala global con sus iguales en todas partes del mundo, bajo la guía de esos paladines de una nueva clase de sociedad, todos sometidos a esa élite global.

Pero todo tiene un límite. Hasta el abuso del poder. Puede apreciarse una gran oleada de repudio a todo ese andamiaje que solamente esconde un poder que descaradamente aspira a manejar esclavizadamente a la humanidad, no importa las fronteras o las naciones. El sueño hitleriano mediante el poder económico. No cañones, sino “regulaciones”. La exclamación de “Go Brandon!” es apenas la alborada que deja ver un fenómeno que va más allá de una nación. La tormenta de una rebelión popular, civil y pacífica, pero inexorablemente aplastante del abuso asoma por el horizonte y se manifiesta cada día crecientemente.