La Luminosidad del Amanecer

 Nunca la noche es más oscura que inmediatamente antes del amanecer. Y jamás ha dejado de amanecer. Según la época del año y el lugar del planeta en que estemos, el amanecer llega con márgenes de diferencia de horas, pero aún en lugares extremos donde el sol se oculta hasta por 6 meses, jamás ha dejado de amanecer.

El amanecer es sinónimo de luz y de esperanza. Y para quienes creemos en la Libertad, es la promesa del ejercicio pleno de esa libertad en la que, y para que, vivimos y luchamos por nuestro bienestar, el de nuestra familia, el de nuestra comunidad y el de nuestra nación.

Horas muy oscuras hemos vivido, con nuestras libertades amenazadas como nunca en nuestra historia y hermosas jornadas de defensa de ellas, protagonizadas por una mayoría de nuestro pueblo y encabezadas por un gladiador escogido por el destino para liderarnos. La humanidad ya ha vivido luchas semejantes, algunas de las cuáles han durado años, han costado millones de vidas y demostrado, reiteradamente, que esta nación fue creada con un destino manifiesto: ser el faro de luz que representa el amanecer para toda la humanidad.

Hace 80 años, cuando la bota conquistadora de la oscuridad humana se apoderó  de medio mundo, la valentía, la inteligencia y la tenacidad norteamericanas mostraron su invencibilidad, lo que liberó al mundo, lo restauró y lo puso de pie. Nuevamente nos enfrentamos a una epopeya similar. Esta vez, empezando por casa, donde esas fuerzas oscuras han infiltrado, carcomido y asaltado nuestros principios, nuestras libertades y nuestros valores. Como en cada ocasión anterior, venceremos. Primero en nuestro propio país y luego volveremos a liberar al mundo del globalismo, nueva fuerza nazi de esta época.

Pero resulta importante en este momento del amanecer, aquilatar que es preciso fortalecer nuestra propia capacidad de existencia y defensa de la libertad irrestricta, que nos obliga a erradicar aquello que nos ha puesto en el mayor peligro: la corrupción. La libertad no es para debilitar su propia existencia sino para fortalecerla y hacerla inderrotable pues es la piedra angular de la existencia de la nación, la garantía de su progreso y prosperidad y de su existencia misma.

Es muy probable que al leer estas líneas ya el sol esté rompiendo la oscuridad. Si todavía no lo ha hecho, atentos a la ventana y de un momento a otro veremos su cegadora e inconfundible luminosidad, proclama de libertad.

Números y no palabras

En las relaciones sociopolíticas se escriben miles y miles de páginas. Los defensores de la derecha, de la izquierda, del centro y hasta de los que no saben dónde se encuentran, explican, tratan de explicar, y, sobre todo, de convencer a quienes no piensan igual, de la bondad de sus razonamientos, generalmente expresados en bellas frases, altisonantes consignas y frases para la posteridad.

Sin embargo, el lenguaje de los números, de las estadísticas es muy definitorio. Pone inmediatamente a la defensiva a aquellos con grandilocuentes argumentos, pero escasas verdades, que solamente intentan transmitir un mensaje, pero sin verdaderos argumentos. Cuando cuantificamos, más es mejor que menos, para lo bueno y menos es mejor que más, para lo malo.

Así, la humanidad descubrió que para comprender mejor las verdades existían los números relativos. Porque las diferencias desaparecen y los resultados se uniforman cuando se comparan con una base común. Por ejemplo, muertes por la pandemia. En un país, 200,000 y en otro 300,000. A primera vista parece mejor resultado 200,000 que 300,000, que los propagandistas dirán que es el 66% de la segunda. Sin embargo, si los uniformamos, llevándolos a una población común, como muertos por 100 habitantes, pues las cosas son mucho más claras. Los 200,000 en una población de 25 millones resultan en 1 muerto por cada 0. 008 habitantes, o sea un 0.8% y los 300,000 en una población de 70 millones, resultan en un muerto por cada 0.43 habitantes, o sea un 0.43% que es la mitad. Esta medida relativa es mucho más elocuente que la absoluta, que es engañosa.

Una organización llamada Numbeo ha establecido todos esos números relativos o índices en aspectos relevantes de la vida social y los ha publicado para el 2021 (puede consultarse en este link:

https://www.numbeo.com/cost-of-living/rankings_by_country.jsp ) 

y estos números relativos, que los estadísticos llaman índices o indicadores, son un elocuente árbitro de la verdad. Por ejemplo, la tiranía castrista utiliza estadísticas o números amañados para tratar de ocultar la verdad: el retraso absoluto y relativo de la población cubana con relación a su bienestar, comparando 62 años después, la posición numérica que ocupa hoy respecto a la que ocupaba en 1958. La pretendida "salvación" que significó su asalto al poder queda aquí expuesta en un solo número: En 1958 un peso cubano equivalía a un dólar estadounidense. Oficialmente está establecido hoy que un peso cubano equivale a 1/24 de dólar, por lo que es evidente que cada cubano hoy tiene oficialmente un 4.2 % de la capacidad de compra que tenía en 1958. Si en el mercado "paralelo" o extraoficial, se cotiza un dólar en 50 pesos, pues ese por ciento se reduce al 2%, lo que significa que cada cubano tiene una verdadera capacidad de compra 50 veces menor que en 1958. Mejor indicador del resultado de la "salvación" es imposible de calcular.

Si analizamos a Numbeo, lo que denominan el índice del poder de compra, que es un cálculo mucho más completo que la simple desvalorización de la moneda, vemos que la fijan en el 1.42 que no está muy alejado del simple cálculo que utilizamos y que resulta el menor número de todos los 139 países mostrados.

Si tenemos en cuenta que la tiranía ha realizado una enorme reestructuración de sus realidades al modificar la escala de ingresos y la de los precios, mientras que Numbeo hizo sus cálculos con la relación anterior, pues ese 1.42 es muy benévolo para la triste realidad del pueblo cubano. Simplemente recordemos que la escala de "ingresos" que incrementaron es solo para un porcentaje de la población (un gran porcentaje no tiene vínculo laboral ni recibe ingreso alguno de la seguridad social) mientras que los aumentos de precio de mercancías y servicios son para el 100% de la población, pues es más que evidente el perjuicio económico-financiero infligido a la población, en aras de aumentar la explotación del régimen.