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Saturday, August 29, 2020

La Economía: Ciencia, Arte, no Chapucería

 

La Economía: Ciencia, Arte, no Chapucería

En términos generalmente aceptados, las profesiones humanas se pueden clasificar en dos grandes áreas: las que pertenecen a las "Ciencias" y las que pertenecen a las "Artes".

"Ciencia" es un conjunto de relaciones de causa-efecto, establecidas mediante la observación, el experimento o ambas cosas. Las Matemáticas, la Física, la Biología y la propia Economía son buenos ejemplos. La excepción al cumplimiento de esas leyes descubiertas, escritas y catalogadas es un fenómeno muy raro y cuando ocurre causa asombro y genera una curiosidad científica para poder explicarlo y comprenderlo.

"Arte" es la aplicación de gustos, principios, acciones, métodos, procesos, para obtener un resultado que satisfaga al "artista" primero y a los demás seres humanos que lo vean, aprecien, comprendan, y compartan esos gustos, después. Ello genera seguidores y antagonistas. Está basado en la apreciación subjetiva. La pintura, la escultura, la literatura, la cinematografía son ejemplos elocuentes de un Arte. La visita al cine, a museos, a centros de arte y otros lugares similares, pone al público en ese papel interpretativo y apreciativo, independiente de la preparación que tenga el visitante para hacer una evaluación, aunque sea íntima, de lo que plasmó el artista, ya que a diferencia de la "Ciencia", que apreciarla requiere una preparación previa, gusto tiene todo el mundo, cultivado o no. Y qué decir de las opiniones. Sustentadas o no.

Hay un terreno en el medio porque la aplicación de las Ciencias al manejo humano en ciertas profesiones y actividades como la Atención Médica, la Economía, la Arquitectura consiste en aplicar los principios, las leyes científicas, combinando los efectos de aplicar unas leyes con otras, induciendo efectos que contradicen o limitan otros efectos para atemperar o estimular ciertos resultados predeterminados. Así se consiguen innovaciones asombrosas. Un avión es más pesado que el aire, pero combinando acciones de otras leyes físicas se consigue que permanezca volando.

Otro ejemplo clásico es en la Medicina, cuyos conocimientos científicos se aplican en forma casuística a cada paciente. No hay dos pacientes con el mismo tratamiento, porque el tratamiento es ciencia aplicada, y el uso de los medicamentos depende de factores subjetivos de la apreciación del Médico, como son la edad, el estado físico, los padecimientos anteriores, y muchos más elementos del paciente, que le establecen al Médico una especie de "conjunto de soluciones" dónde la experiencia, la inteligencia y la creatividad fijan las proporciones aplicadas del tratamiento.

Esto da pie, como en toda actividad humana, a las evaluaciones del ejercicio de la profesión. De ahí surgen las "segundas opiniones" en la Medicina, las críticas y el apoyo a las soluciones económicas, que llamamos "políticas económicas", la crítica literaria, la cinematográfica, la teatral, entre otras muchas. La sal de la vida social es la crítica y la contra crítica, lo que da pie a que muchas personas hagan críticas de actividades, actuaciones o políticas, aunque su base científica, metodológica, artística, económica, o de la que se trate, no tenga fundamento alguno ya que la persona carece de la preparación correspondiente, pero eso no limita su capacidad de criticar, ni limita que otros le escuchen y respalden o a su vez le critiquen. Opinar es una actividad humana frecuente, independiente de la fundamentación.

Pero no importa la interpretación, el gusto personal, o la afiliación a una determinada escuela de pensamiento, partido político, religión, club social o cualquier otra agrupación humana, hay parámetros objetivos para medir el resultado de una aplicación humana, ya sea en la ingeniería, la política, la economía, o en cualquier otro sistema que produzca un resultado. Un aparato de aire acondicionado funciona o no, tiene la capacidad de acondicionar la temperatura y la humedad ambiental en un lugar o no, independientemente de que el vendedor nos quiera influenciar a favor, y otros en contra.  Un tratamiento médico cura al paciente o no. Una construcción cumple satisfactoriamente los objetivos para los que fue creada, o no. Una política económica funciona o no.

Las segundas opiniones y las apreciaciones no tienen lugar, ni sentido alguno, cuando se trata de medir los resultados. En el caso de la Economía y las políticas económicas, que se ocupa de las proporciones en la aplicación de las leyes económicas, hay un fenómeno muy distorsionador: la política. La política, la agenda socio-política y los intereses de grupo que representan, muchas veces desconocen por completo las leyes básicas de la economía, que predicen su fracaso, pero se apela a factores ajenos, como los sentimientos humanos, los intereses de grupo, el engaño puro y simple y otros resortes para esconder los efectos que tendrán esas políticas, se exageran los beneficios y se esconden los resultados negativos, como verdaderos "encantadores de serpientes" aplicando esos trucos a un público inocente y sin preparación, o fanatizado por un partido o por ideas preconcebidas.

El progreso medible en el estado de la Economía Nacional no importa lo que diga el vendedor de la política específica o sus contrarios, ese es el único verdadero criterio, al igual que en el aparato de aire acondicionado, o en el resultado del tratamiento médico.  Su resultado favorable o desfavorable, no importa lo que diga el vendedor de esa política o sus competidores, es la prueba ácida. Como ciudadanos somos consumidores de esas políticas para aprobarlas o desaprobarlas y luego las disfrutaremos o seremos víctimas de sus resultados. Y la política, a diferencia de la economía, no presenta un vínculo directo e inmediato entre el criterio y el resultado, materialmente hablando.

El objetivo esencial de la especie humana es la vida plena, en las mejores condiciones, asegurando un proceso de reproducción ininterrumpida y ampliada de la vida social, económica, familiar y nacional. Los seres humanos carecen de una religión, ideología o principios ético-morales originados por la naturaleza misma, sino que ellos son adquiridos por el intercambio con el grupo social al que se adscriben, y nada tienen que ver con esa esencia natural, sino con la psiquis humana. Desde que los seres humanos dejaron de ser animales irracionales aprendieron las ventajas de la vida social, de la especialización para el logro de mejores resultados con el mínimo esfuerzo y de la importancia del progreso permanente de los sistemas de producción, la organización de ellos y cómo el criterio de la prueba y el error es infalible para tomar decisiones de todo tipo.

Es parte de la naturaleza humana el orgullo por los mejores resultados, el intercambio material de equivalentes lo más equilibrados posibles y permanecer alertas ante aquellas convocatorias a actos contrarios a su propio interés a corto, mediano y largo plazo. La familia, la comunidad con otros seres humanos inmediatos constituyen la base de su sentimiento primario de seguridad. Defender a los suyos y defender sus posesiones es un sentimiento surgido espontáneamente. Eso no necesita ser enseñado.

El gran efecto influyente de la vida socioeconómica es la política. Los partidos políticos son agrupaciones de individuos ligados por aspiraciones, intereses y objetivos comunes. La inspiración de ellos es lo que comúnmente llamamos ideología, ese amalgamado conjunto de elementos que define la forma y manera de ver la naturaleza, la vida social, las aspiraciones, los objetivos y otros muchos detalles, que determinan que los individuos sientan atracción o repulsión por lo que un partido político proclama, programa y acciona. La base o el fundamento de la mayoría de esas ideologías se ha ido transformando en el tiempo. Originalmente su mayor componente eran las creencias religiosas y los intereses primarios elementales. Posteriormente se fueron introduciendo intereses de grupo que empezaron a ser sostenidos y fundamentados por escritores con muy diverso origen y formación, los cuáles, a su vez, inspiraron a otros individuos a liderar acciones que transformaron la vida social e institucional, transformando las formas de gobierno con una amplia gama de soluciones alternativas.

A partir de ese instante surgieron dos términos desconocidos anteriormente: la derecha y la izquierda. Aquellos decididos a impulsar cambios más radicales y basados en sentimientos justicieros que racionales, se agruparon en la izquierda y aquellos más propensos a conservar los valores tradicionales, más preocupados por los resultados, en la derecha.  Los autores conservadores se dedicaron a estudiar los valores intrínsecos de la libertad que significa libertad de concurrencia, de comercio, de contratación laboral y se definió la ideología conservadora, llamada de otras muchas maneras, pero esencialmente libertad, que lleva implícita la mínima coerción y, por tanto, el gobierno mínimo, solo es indispensable para mantener la administración, defender al país y ayudar a los incapacitados, dejando toda iniciativa productiva en manos privadas, los dueños del capital inversor y creadores de la eficiencia y del ejercicio supremo de libertad individual y colectiva.

En la orilla contraria se agruparon los propensos a asegurarle protección a las clases sociales menso privilegiadas, dependientes de trabajar para otros, aspirantes a ejercer la ingeniería social, desfacedores de los entuertos que produce la espontaneidad libertaria, y administradores de un poder público que debía regular la iniciativa privada a favor de asegurarle a la mayoría, no poseedora de capital, un nivel de vida y subsistencia mínimo, condiciones de trabajo y vida independientes de su posición en la vida productiva, edificaciones con regulaciones que permitan que los menos favorecidos vivan lo mejor posible, y todo lo que de ello se desprende en educación, asistencia médica y socio-económica, seguridad social, y otras.

Mientras que la evolución del pensamiento político fue relativamente lenta desde los inicios de la civilización, a partir de ese instante surgieron ideólogos del asalto al poder en beneficio de una redistribución violenta de la riqueza social que terminó en el extremo comunista: borrón y cuenta nueva social. Despojo de las riquezas a quienes las poseen, a favor de distribuirlas "igualitariamente" entre los que no las poseen, borrar las diferencias sociales mediante la desaparición de los poseedores y finalmente hacer infinito ese asalto al cielo, creando una sociedad comunista igualitaria, con un partido político único y monopolista del poder, desapareciendo la vida espiritual y religiosa, consagrando todas las mentes en servir a ese grupo "elegido" que tiene, detenta y utiliza el monopolio del poder, de la fuerza, de la violencia, todo ello bautizado "la dictadura del proletariado".

Previa a esa violenta sustitución del orden social hubo los que llamamos "socialistas utópicos", siempre enfocados al igualitarismo (obsesión izquierdista que como un virus original, genera todo lo demás) que bucólicamente llegaron a pensar que los mares se convertirían en limonada, las lágrimas en perlas y otras lindezas similares, que finalmente desembocaron en la violencia extrema de toda Revolución, fusilamientos en masa, hambre masiva, campos de concentración y muerte lenta que han costado millones de muertes.

Independientemente (y sin ignorar el altísimo costo humano de esa supuesta sociedad) de todo eso hay un fenómeno que los ideólogos ocultan deliberadamente. Ese tipo de sociedad "igualitaria" no produce resultados ni medianamente satisfactorios. La mismísima clase social "humilde" vive mucho peor que en el capitalismo mercantil; todos, absolutamente todos, los indicadores de la Economía Nacional son inferiores en términos absolutos y relativos a las Economías de Libre Mercado, el nivel de vida global es inferior, el desarrollo científico es inferior, la prosperidad es dudosa, el nivel de vida es una vergüenza. Solamente falta cerrar los ojos y comparar a una sociedad con otras, sin siquiera saber subjetivamente los nombres. Y no hablemos de la tiranía que ocurre automática e inmediatamente, cuando un grupo de personas tiene un poder absoluto sin dar cuenta de sus actos a nadie y una sociedad entera tiene que aceptar "gustosamente" lo que le ordenan.

Ahora hay una nueva mentira: el socialismo "democrático" que nadie sabe qué significa pues la base existencial del socialismo impide ese concepto de democrático, ya que democracia es participación, mientras que el socialismo es exclusión. Independientemente de las mentiras propagandistas de los regímenes socialistas, todos con una clase dirigente corrupta por el ejercicio eterno e indiscutido del poder.

En otras palabras: es un diseño social fracasado que no funciona, no ha funcionado y no puede funcionar en ninguna parte, porque está basado en la fuerza, en el voluntarismo indiscutido de los que mandan, en el sojuzgamiento de los supuestos liberados, en la más fracasada utilización de las tecnologías de producción y distribución, en la ausencia absoluta de la competencia como fuerza motivadora del desarrollo y la eficiencia y en la ausencia de la participación del alma humana para mejorar la familia y la vida social.

 

La Anti-Civilización

 Publicado en 8-21-2020 en La Nueva Nación

La Anti-Civilización 

Hace siglos los pensadores más ilustrados y pre-claros de la humanidad han estado pensando, analizando y escribiendo sobre ese Arte-Ciencia, esa preocupación y casi obsesión, que convenimos en llamar Economía, que es la base, el sustento material de la vida social. 

La definición precisa depende del enfoque de quien la define, si abarca esto y aquello, o aquello y esto otro, etc., etc. Pero sin saber mucho de definiciones, el ser común, ese que constituye la inmensa mayoría humana, sabe, entiende, y, sobre todo, intuye lo que significa para él la economía. 

Por esa vinculación inexplicada e inexplicable, que existe entre sus actos e intenciones humanas y sus intereses, su bolsillo, su presupuesto familiar, su nivel de vida, olfatea con su sentido de sobrevivencia, con meridiana claridad qué le conviene y qué no le conviene, qué es económicamente positivo para él y los suyos, y qué no lo es, lo que es más bien anti económico para sus intereses. 

Hace mucho -desde antes de la época de los Reyes, los Marqueses y los Condes- la gente sabe, intuye, siente, que los impuestos, las recaudaciones obligatorias, que le impone el poder político de turno son negativas, antieconómicas, para él y los suyos y para la clase social a la que pertenece o con la que se identifica. Pero para los que escriben libros, discursos y tesis que representan a los recaudadores, a los que le quitan una parte o toda la riqueza que ha creado, resulta que eso es económico. Les conviene, es parte del statu-quo que les permite a unos vivir a costa de otros, legal y contundentemente.

 Esa época ha dado paso a otras. Y los escritores de libros y de tesis siguen escribiendo libros y tesis que representan los intereses suyos y de otros con quienes se sienten identificados. La justificación para el despojo es el Estado, ese aparato creado por los que mandan para imponer su voluntad, sus reglas y sus decisiones, a los demás, a la mayoría. Si el Estado fuese de la mayoría, fuese innecesario pues no habría la necesidad de imponer las reglas. Los que justifican esa imposición la califican como en nombre del bien común... así denominan a ese aparato encargado de hacer cumplir las reglas sociales, recaudar impuestos y todo tipo de cobros, de imponer la voluntad de los que mandan, pero que ellos presentan como un beneficio para poder vivir civilizadamente.

 Esa realidad -junto con muchos otros factores sociales, políticos, culturales - se han ido conformando escuelas de pensamiento, tendencias, y dentro de esas grandes tendencias, muchas variantes. Las más gruesas: los partidarios de una libertad lo más amplia posible, que abarca la economía, la sociedad; de un estado de mínimo tamaño e impuestos, para que cada ciudadano pueda maximizar para sí lo que cada uno crea.

Y aquí empiezan variantes: de qué se debe ocupar ese Estado y de qué NO se debe ocupar o sea en qué aspectos de la vida NO se debe meter. Los dos extremos: el llamado liberalismo mercantil y el otro extremo, el socialismo-comunismo, dónde ese Estado se mete en todo, lo decide todo, es el dueño de todo,  y el individuo casi desaparece como ente definidor de la vida y la sociedad, pues ya no decide nada; hay un partido político que lo hace todo y es monopolizado por un grupo que se abroga el derecho de decidir los destinos de todo el mundo, sin consultar a nadie y si lo enfrentas, te desaparece, porque lo colectivo está por encima de lo individual. Es la aberración de la sociedad, de la civilización, es el más grande retroceso de la sociedad en toda la historia.  Mientras todos los cambios y evoluciones sociales anteriores siempre fueron para mejorar la vida humana, este es por vez primera, un cambio para retroceder, ya que deshace el camino andado en miles de años, desaparece la plenitud del individuo y lo borra sustituyéndolo por una mancha borrosa llamada el colectivo.

Este último caso, el comunismo, es la Anti-Sociedad. Es lo opuesto, lo inverso, la antípoda, de todo lo humano. Es una "civilización" similar a un hormiguero, dónde las hormigas individuales se subordinan total y absolutamente al hormiguero, con sus estancos: el poder absoluto e indiscutido de la Reina, los trabajadores, los soldados que defienden... y los demás solo deben trabajar y ofrecer su vida por salvar a la Reina y su corte.

 ¿Cómo es posible que haya individuos que prefieran el anonimato absoluto al protagonismo individual?

Porque hay pocos escritores de las reglas del arte-ciencia y muchos de política, del arte de engatusar y "pintar" el cielo en lo que realmente es un infierno. El Arte-Ciencia es elementalmente claro: Hay un equilibrio lógico, inmanente, en lo que se crea y lo que se puede gastar. Pero entonces nos han creado un sin número de "políticas", de financiamientos comprometiendo al futuro, de dineros de todo tipo, no equilibrados con nada, de intercambios comerciales "favorables" y "desfavorables", etc. etc., todo encaminado a disfrazar la verdad, a pretender hacer ingeniería social, pagada por las propias víctimas.

Y sin ningún tipo de sentido común. Solamente embaucar a las victimas buscando que apoyen lo que solo le conviene a unos cuantos que se aprovecharán de todo. Crear una super estructura de burócratas, especialistas, leguleyos, gobiernos que no gobiernan, poderes sin ningún poder, cuyo único y verdadero fin es eternizarse en ese estado, vivir a costa de los demás que sí trabajan y crean y aparentando ser unos héroes cuando realmente son villanos.

Esa Anti-Economía llega a su expresión suprema en los países comunistas. Son descaradamente tiranías, con un grupo mafioso que asalta el poder y se lo queda para siempre, en nombre de una supuesta sabiduría para ejercerlo en beneficio de los demás, y hasta retrocede al poder hereditario de la nobleza. Son sociedades más cerradas que una caja de seguridad, dónde no se sabe, ni se puede saber, cómo son seleccionados los que mandan, que una vez empoderados solo son extraídos del poder por algún super-poderoso de más arriba. Sociedades -perdón por llamarles sociedades- dónde la propiedad es exclusivamente administrada, usufructuada y explotada por el "Estado", que, sin ningún miramiento, causa o justificación, expropia cualquier entidad no estatal, arruinando la producción o servicio de que se trate. La ausencia absoluta de vinculación entre los operadores o trabajadores y los negocios manejados por esa mafia desaparece toda posibilidad de esfuerzo racional e introduce la doble moral, el interés malsano de apropiarse de lo que no es propio, para poder sobrevivir e imitando la descarada usurpación de la administración que hacen los mafiosos del poder central.

Toda esa objetiva barbaridad, diseñada solo para usufructo exclusivo del núcleo mafioso gobernante, es presentada por los vendedores de sueños como "igualitaria", con beneficios sociales "gratuitos" y calidad de vida envidiable. Los menos avispados que se conforman con lo que les dicen, creen eso y hasta intentan convertir sus países libres a esa porquería. Hay un permanente intento de diseminar ese veneno, pagado por las mafias empoderadas, porque como el cáncer, el primer instinto de todo gobierno comunista es INVADIR a los territorios vecinos, apoderarse de sus defensas sociales para facilitar la penetración y ELIMINAR la competencia que significa la vida en libertad. La Anti-Economía es Anti-Humanidad, Anti-Libertad y Sojuzgamiento. Todo envuelto en un precioso paquete de regalo para incautos.

 

El Socialismo, forma superior de la Anti-Economía

 Publicado en La Nueva Nación el 8-13-2020

 El Socialismo, forma superior de la Anti-Economía

La Anti-Economía -como claramente indica su nombre– es lo opuesto a la Economía. Es la forma de existencia del Socialismo, que es a su vez, la Anti-Sociedad. La Sociedad es resultado de ese conjunto de reglas no escritas, principios sub-yacentes de los conglomerados humanos, que ha venido evolucionando por miles de años de forma natural, en esa eterna búsqueda de la perfección, que ha ido puliendo las relaciones humanas, buscando sus formas más idóneas para respetar y mantener la individualidad en un contexto de choques múltiples de esa individualidad, que ha perfeccionado herramientas contradictorias como la propiedad privada y pública, el derecho individual y colectivo, la empresa privada y la empresa pública, el interés individual y el social y las formas de gobierno multi-nivel que aseguran la participación libre de todos los componentes porque la resultante global de todas las individualidades respetadas y en libre juego resultan en el producto social aceptado por todos y en contínuo perfeccionamiento determinado por la tecnología, el desarrollo y el interés común.

Esa evolución histórica no ha estado exenta de violencia, de cambios abruptos del orden social determinados por la explosión de relaciones de subordinación o imposición que quedan obsoletas por caducidad de su utilidad y de esos períodos de violencia transformadora – que algunos denominan Revoluciones – surjen relaciones perfeccionadas que generan impetuosas nuevas formas de desarrollo socio-eonómico que reafirman el progreso del bienestar y la prosperidad, asi como de las formas organizativas de toma de decisiones públicas en función del interés común.

El progreso del bienestar humano y de la prosperidad general se basa en el equilibrio ímplicito en el sistema en sí y en sus componentes. El resultado de la actividad humana productiva determina el monto de lo que puede distribuirse para el bienestar humano de la sociedad, tanto individual como colectivamente y ese emonto total deberá distribuirse proporcionalmente a los creadores. Asi por ejemplo, se producen 10 unidades de valor, creados por cuatro grupos sociales en este monto: A=3, B=4, C=1, D=2. De esas 10 unidades se recauda un porciento, pues el fin de gasto público es darle soporte a los incapacitados, mantener la salud general, darle mantenimiento a las ciudades (calles, alumbrado, acueducto, etc), ofrecer educación pública, administración gubernamental, policía, tribunales, etc para lo cual se le impone un 10% a A, un 12% a B, un 15% a C y un 12% a D. Se tendría un Producto = 10, un ingreso de A= 2.7, B= 3.4, C=0.85 y D=1.76 para un total de 7.86 y un ingreso para el gobierno de 2.14 con el cual debe cubrir sus gastos.

A partir de este esquema se puede apreciar que el gobierno tiene un límite de gastos que son sus ingresos provenientes de la recaudación y el sistema económico, guiado por la brújula del libre comercio y el libre mercado, debe poner a disposición de los participantes los 7.86 netos de lo creado. Las palancas financieras de interés por el ahorro, las inversiones, etc, guiarán a que los participantes destinen parte de su ingreso neto a estos fines y el pago de intereses por la deuda pública, que el gobierno debe emitir por el exceso de lo que gaste por encima de los 2.14 que recauda, mantendrá el equilibrio, ya que el exceso de gastos se identifica con el ahorro de los participantes.

En la medida que los gobernantes hacen "ingeniería social" emitiendo pagos sin respaldo, el valor de cada unidad monetaria se deteriora, lo que equivale a un impuesto no autorizado, subrepticio e ilegal sobre los miembros de la sociedad. En el Socialismo, dánde no se tiene en cuenta ninguna proporción, donde el gobierno emite dinero sin respaldo, donde la deuda pública ni siquiera se cuantifica y donde el gobierno se apropia de todo el producto creado y lo distribuye a su arbitrio, al cabo de varios años de ese desorden pues la moneda no tiene valor, no hay estímulo para trabajar, el salario no representa nada, etc etc, lo que puede fácilmente identificarse como la Anti-Economía, en un régimen que es la Anti-Sociedad, la Anti-Democracia y la Anti-Civilization. Miles de Años de civilización destruídos. Es el primer caso de retroceso del orden social a uno inferior al existente en toda la historia humana.

Thursday, August 13, 2020

La Anti-Economía: el Socialismo

 El Socialismo, forma superior de la Anti-Economía

La Anti-Economía -como claramente indica su nombre– es lo opuesto a la Economía. Es la forma de existencia del Socialismo, que es a su vez, la Anti-Sociedad. La Sociedad es resultado de ese conjunto de reglas no escritas, principios sub-yacentes de los conglomerados humanos, que ha venido evolucionando por miles de años de forma natural, en esa eterna búsqueda de la perfección, que ha ido puliendo las relaciones humanas, buscando sus formas más idóneas para respetar y mantener la individualidad en un contexto de choques múltiples de esa individualidad, que ha perfeccionado herramientas contradictorias como la propiedad privada y pública, el derecho individual y colectivo, la empresa privada y la empresa pública, el interés individual y el social y las formas de gobierno multi-nivel que aseguran la participación libre de todos los componentes porque la resultante global de todas las individualidades respetadas y en libre juego resultan en el producto social aceptado por todos y en contínuo perfeccionamiento determinado por la tecnología, el desarrollo y el interés común.

Esa evolución histórica no ha estado exenta de violencia, de cambios abruptos del orden social determinados por la explosión de relaciones de subordinación o imposición que quedan obsoletas por caducidad de su utilidad y de esos períodos de violencia transformadora – que algunos denominan Revoluciones – surjen relaciones perfeccionadas que generan impetuosas nuevas formas de desarrollo socio-eonómico que reafirman el progreso del bienestar y la prosperidad, asi como de las formas organizativas de toma de decisiones públicas en función del interés común.

El progreso del bienestar humano y de la prosperidad general se basa en el equilibrio ímplicito en el sistema en sí y en sus componentes. El resultado de la actividad humana productiva determina el monto de lo que puede distribuirse para el bienestar humano de la sociedad, tanto individual como colectivamente y ese emonto total deberá distribuirse proporcionalmente a los creadores. Asi por ejemplo, se producen 10 unidades de valor, creados por cuatro grupos sociales en este monto: A=3, B=4, C=1, D=2. De esas 10 unidades se recauda un porciento, pues el fin de gasto público es darle soporte a los incapacitados, mantener la salud general, darle mantenimiento a las ciudades (calles, alumbrado, acueducto, etc), ofrecer educación pública, administración gubernamental, policía, tribunales, etc para lo cual se le impone un 10% a A, un 12% a B, un 15% a C y un 12% a D. Se tendría un Producto = 10, un ingreso de A= 2.7, B= 3.4, C=0.85 y D=1.76 para un total de 7.86 y un ingreso para el gobierno de 2.14 con el cual debe cubrir sus gastos.

A partir de este esquema se puede apreciar que el gobierno tiene un límite de gastos que son sus ingresos provenientes de la recaudación y el sistema económico, guiado por la brújula del libre comercio y el libre mercado, debe poner a disposición de los participantes los 7.86 netos de lo creado. Las palancas financieras de interés por el ahorro, las inversiones, etc, guiarán a que los participantes destinen parte de su ingreso neto a estos fines y el pago de intereses por la deuda pública, que el gobierno debe emitir por el exceso de lo que gaste por encima de los 2.14 que recauda, mantendrá el equilibrio, ya que el exceso de gastos se identifica con el ahorro de los participantes.

En la medida que los gobernantes hacen "ingeniería social" emitiendo pagos sin respaldo, el valor de cada unidad monetaria se deteriora, lo que equivale a un impuesto no autorizado, subrepticio e ilegal sobre los miembros de la sociedad. En el Socialismo, dánde no se tiene en cuenta ninguna proporción, donde el gobierno emite dinero sin respaldo, donde la deuda pública ni siquiera se cuantifica y donde el gobierno se apropia de todo el producto creado y lo distribuye a su arbitrio, al cabo de varios años de ese desorden pues la moneda no tiene valor, no hay estímulo para trabajar, el salario no representa nada, etc etc, lo que puede fácilmente identificarse como la Anti-Economía, en un régimen que es la Anti-Sociedad, la Anti-Democracia y la Anti-Civilization. Miles de Años de civilización destruídos. Es el primer caso de retroceso del orden social a uno inferior al existente en toda la historia humana.