Les ofrezco, por su interés, este artículo publicado en España hace un rato. La corrupción la hemos tratado antes. Y curiosamente, no tengo reacciones...Hay que drenar el pantano, sí o no?
La corrupción como forma de gobierno *
Que España es uno de los
paises más corruptos de Europa y uno bastante corrupto en el mundo no lo dice
Palinuro. Lo dice Transparency International, una organización internacional
dedicada al estudio de la corrupción que en su informe de 2016 situaba a España
en el lugar 41 de un conjunto de 194 países. No estamos descubriendo nada.
Es una opinión compartida por
la opinión pública. Según el último barómetro del CIS, la población considera
la corrupción el segundo problema después del paro. Así es para más del 17% de
los encuestados. Al desglosar los baremos se descubre que hay diferencias
notables: los votantes del PP no son tan sensibles a la corrupción como los de
los otros partidos. Lógico, normal, teniendo en cuenta que el partido del
gobierno (ese que, según Aznar, era "incompatible con la corrupción")
es tan corrupto que parece una maquinaria de delincuencia organizada para
expoliar el país. Algunos jueces lo consideran una asociación con ánimo de
delinquir y por eso lo tienen sentado en el banquillo. En realidad, esta
atmósfera general y atosigante de corrupción sin límites viene propiciada por el
partido del gobierno y el gobierno mismo. La corrupción es hoy la forma de
gobierno de España. Y lo es desde el primer gobierno de Aznar. Pero, desde el
triunfo electoral de la derecha por mayoría absoluta en noviembre de 2011, se
ha extendido a todas las instituciones del Estado.
El Parlamento fue
sistemáticamente ignorado por el gobierno del PP con su mayoría absoluta. El
país se regía autoritariamente por decreto-ley. El Tribunal Constitucional está
sometido a los dictados del gobierno desde el momento en que el último
presidente y el que puede serlo a continuación, son militantes del PP. La
intervención del gobierno en la administración de justicia es permanente y no
solo por sus habituales martingalas para obstruir la acción de la justicia,
sino empleándose directamente a fondo a través del ministerio fiscal u otros
medios, para conseguir su fin que normalmente es proteger a los ladrones y
delincuentes si son de su partido. El uso de la fiscalía para impulsar los
procesos políticos contra los independentistas es tan escandaloso como el que
se ha hecho en Murcia para tratar de salvar al presidente de la región, por
supuesto, del PP.
El caso más patente de la corrupción
hoy mismo es el del proceso Noos. A los ojos de todo el mundo, la justicia ha
favorecido a los delincuentes o presuntos delincuentes, que prácticamente se
han ido de rositas. La hermana del Rey simulando una estupidez casi catatónica
(otra burla a la justicia) y su marido por ser quien es, a pesar de haber
apandado millones de dinero público. Entre tanto, y para que la gente tenga
idea clara de una justicia al servicio de los poderosos, le han caido tres años
y medio a un rapero por una canción.
Por supuesto, todos los
aparatos de propaganda del gobierno y la derecha, los medios y los publicistas,
han coincidido en entender la sentencia del caso Noos como una muestra de la
independencia de la justicia y de la igualdad de todos ante ella cuando es patente
que es al revés. Tiene que ver con el hecho de que los medios en muy buena
medida (siempre hay excepciones) son tan corruptos como el resto de las
instituciones en el sentido de que ostentan el record de ser los menos creíbles
de Europa y unos de los menos creíbles del mundo. Y tampoco lo dice Palinuro,
sino un estudio del año pasado de la Universidad de Oxford.
A una pregunta parlamentaria
de Pablo Iglesias en la que se relacionaban algunos casos de corrupción, el
preguntado, Mariano Rajoy, contestaba en su habitual tono de cuchufleta que
cree muy gracioso que "menos mal que no es usted Robespierre porque
tendríamos un problema". No, Iglesias no es Robespierre, pero el país
tiene un problema de corrupción y lo tiene el PP y lo tiene muy especialmente
el señor Rajoy. ¿Cómo no va a tener un problema de corrupción un país cuyo
presidente del gobierno -el que se supone debiera dar ejemplo- está bajo
sospecha de haber cobrado sobresueldos procedente de una ilegal caja B? ¿Cuál
es la diferencia entre estos cobros -en los que también mojaban muchos
dirigentes del PP- y las comisiones, pastuquis y mordidas que han salido a la
luz en los procesos en curso y los que vendrán? ¿Cómo no si ese mismo
presidente lleva años avalando y apoyando a cuanto dirigente de su partido se
ha visto acusado y/o condenado por corrupción, a Matas, Fabra, Mato, Bárcenas,
Camps, Barberá y ahora ese tal Sánchez de Murcia?
El problema es que, con un
personaje corrupto al frente de un gobierno corrupto, el resultado solo puede
ser el que es: uno de los países más corruptos de Europa. Y eso, además,
gracias a la abstención del PSOE. único responsable de que se prolongue esta
insufrible situación.
·
Publicado por Ramón Cotarelo en 12:40 a. m.
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