La Sociedad *
La sociedad, tal como la conocemos, es un organismo vivo.
Su salud, como la de cualquier otro elemento vivo de la naturaleza, depende de
factores múltiples, variados y, generalmente, fuera de su propio control.
Formas altamente superiores de la sociedad, capaces de
controlar su propia evoluciόn, crecimiento,
desarrollo y su desapariciὁn, no han sido hasta
ahora conocidas. Pero es indudable que como todo lo que vive, ella está sujeta al ciclo
eterno de nacer, crecer, desarrollarse, multiplicarse, envejecer y finalmente, morir.
La muerte de una sociedad genera el nacimiento y la
existencia de una nueva, sustituta de la anterior. Es hasta ahora especulativo
si es posible o no, someter ese proceso a un planeamiento. Lo único cierto es
que hemos asistido a la existencia de sucesivas sociedades, que han nacido,
crecido, desarrollado y agotado sus posibilidades, porque se ha generado,
dentro de ellas, una nueva, más pujante, más favorable a la existencia humana y
social.
Es importante hacer hincapié que ha sido una constante
que el surgimiento, desarrollo y florecimiento de las sucesivas sociedades
siempre ha ocurrido mejorando sus
capacidades sucesivas de satisfacer las necesidades humanas. Nunca al revés.
Hasta ahora ha ocurrido, inexorablemente, que imponer por la fuerza cambios a sociedades
ulteriores que signifiquen pasos regresivos a las capacidades sociales de
mejorar la vida y las condiciones sociales, siempre han generado implosiones
con graves consecuencias, grandes pérdidas de vidas y haciendas, y han sido
cambios meramente transitorios, que han visto el regreso a las formas
anteriores, más favorables a la condición humana.
Así, vimos nacer de la propia naturaleza humana, la
llamada comunidad primitiva. Surgida de la necesidad humana de agruparse para
protegerse, para producir, para generar bienestar elemental.
Fue sustituída por una manera nueva de organizarse y
distribuir la riqueza, basada en los derechos de propiedad territorial, generados
por la esclavitud de sus competidores y vecinos, que finalmente derivὁ en supuestos
derechos divinos, de sangre noble, que dominaron al resto.
El propio desarrollo de esa manera de vivir creό a los nuevos
grupos dominantes mediante la riqueza, la producciόn mercantil, la
competencia y el fomento máximo de la libertad en todo sentido.
Estamos viviendo la madurez de ese modo, modificado por
las políticas de redistribuciόn por razones
ideolὁgicas, de dominio de las fronteras geográficas, de
superioridad extrema de las formas de subordinaciόn, agrupadas por
grupos de poder, llamados partidos políticos, que han desarrollado una nueva clase dominante que se ha apoderado
del estado, de la riqueza, de la distribuciόn, del poder
militar y de las organizaciones encargadas de la violencia jurídico-político-social que
gobierna la sociedad.
En este momento histórico, se pueden apreciar dos grandes
fuerzas económicas, políticas y socio-culturalres, opuestas:
· - Aquellos que han concentrado oligárquicamente el poder econόmico y que
mundialmente pretenden legitimarlo y hacerlo totalmente dominante, mediante un
poder global único, indiscutido, mediante la sustitución de las formas
tradicionales de vivir socialmente alrededor de la familia, las tradiciones que
definen las naciones, el amor a ellas, por una ideología y cultura ausentes de
fe y religiὁn; un poder absoluto, libre de “ataduras” de familia,
creencias, patriotismo, género, posesiones personales, para establecer una
“felicidad” sustentada en la ausencia de obligaciones y deberes, limitada a
consumir lo que la inteligencia artificial y la producciόn “sustentable” ofrecerán,
igualitariamente.
· - Los
opuestos a ello, que quieren conservar los valores tradicionales, de familia,
patria, competencia, libertad, sociedad basada en la producciόn libre que generό originalmente
este modo de producciὁn; fomentar la cultura y el espíritu
humano tradicionales, cuidar y desarrollar una niñez sujeta a las concepciones
judeo-cristianas tradicionales, que originaron la cultura mayoritaria existente
hasta hoy.
Paralelamente se ha contaminado la cultura mayoritaria
original, mediante la masiva introducciόn de ideologías igualitarias,
redistributivas; el favorecimiento de cultura de países enemigos de la libertad
y la competencia, todas basadas en formas y variantes de la fracasada ideología
marxista que le ha costado a la humanidad casi 200 millones de victimas en los
últimos 100 años. Se insiste en pretender desconcer esa realidad y se fomentan
lealtades a esas formas, presentandoles como novedosas y justas.
Uno de los puntos centrales de esa batalla
político-cultural se encuentra en los Estados Unidos de América, los que fueron
fundados y desarrollados en el principio de la sociedad mercantil. Una forma
incisiva es una constante invasiόn de inmigrantes,
mezclados con agentes de gobiernos agitadores, y todo tipo de personas,
incluyendo los que siempre fueron enemigos del capitalismo, y que ya suman
millones; Es una de las armas contra los defensores de la cultura conservadora y
la economía mercantil, herederos del modo que convirtiὁ a la naciόn en el faro del
mundo y la potencia invencible.
Ninguno de los países enemigos de la nación americana puede
mostrar logro alguno social, político o material. No obstante, coludidos con los
que quieren destruir al modo actual para lograr el globalismo absoluto, la
sociedad ha llegado a un estado de crispación y polarización enormes. El
fetichismo creado artificialmente sobre una supuesta superioridad inexistente,
no demostrada, del igualitarismo, con la utilizaciὁn abierta de la
mentira, del odio fomentado a la tradiciὁn, a la familia,
a la educaciόn basada en los valores tradicionales, ligado todo ello
al uso del poder administrativo en forma arbitraria, pintan un futuro
desesperanzador.
La contínua infiltraciὁn enemiga en las
mismisimas filas de las organizaciones encargadas de la vigilancia de la
sociedad, se ha basado en dos principios que la han llevado hasta esta
semi-postraciόn frente a los enemigos: buscar, escoger y empoderar a
quienes odian a la naciὁn y reclutarles para asesinarla desde
dentro, ubicandoles en posiciones estratégicas de la seguridad nacional.
Particularmente efectiva ha sido la tiranía castrista
para hacerlo sistemáticamente desde hace 65 años, acompañadas por un accionar
defensivo débil, casi inexplicable, de sus autoridades.
La sociedad, como cualquier otro organismo vivo, tiene
que erradicar cualquier cáncer que la infiltre. Desatender un cáncer detectado
es condenarse a perecer, a mediano o largo plazo; porque todo cáncer existe únicamente
para infiltrar, conquistar, destruir tejidos y ὁrganos, hasta
lograr la muerte del cuerpo invadido. Paralizar y destruir las defensas del
invadido es la regla de oro del cáncer infiltrado.
El cáncer castrista tiene 65 años de contínua, incesante e
impune infiltración y conquista.
Ha provocado desde un enfrentamiento nuclear mundial en
1962, hasta casi conquistar un
continente, logrando un 50% de enemistad, complicidad anti-libertaria,
guerrillas, desembarcos e infiltraciὁn una buena
cantidad de países y hasta en el propio cerebro de su victima que aspira a
destruir: los Estados Unidos de América.
¿ Reaccionarán y combatirán hasta la erradicaciόn de ese cáncer, las
autoridades encargadas de la “salud” de la sociedad
norteamericana?
¿Seguiremos viendo, ejemplo tras ejemplo, cόmo ese cáncer sigue
carcomiendo, hasta la muerte a nuestras libertades?
¿ Podremos los anti-castristas que hemos sido sus
víctimas, contribuir a la concientizaciόn de este
peligro, o seremos víctimas
adormecidas de ese propio cáncer, que utiliza nuestras familias esclavizadas
para pretender nuestra colaboraciὁn, activa o
pasiva?
¿ Seguiremos contribuyendo al desarrollo del cáncer,
ayudando al financiamiento de su alimentaciὁn mediante el
chantaje con nuestras familias secuestradas?
En nuestra doble condición de víctimas como cubanos
escapados y como norteamericanos que vemos nuestra nueva Patria amenazada
contínua, sistemática e impúdicamente, esperamos que el cáncer sea extirpado y
se realice el correspondiente tratamiento posterior de desinfección, con quimo y
radio terapias...para evitar la re-infección.