La Anti-Economía
Hace siglos los pensadores más ilustrados
y pre-claros de la humanidad han estado pensando, analizando y escribiendo
sobre ese Arte-Ciencia, esa preocupación y casi obsesión, que convenimos en
llamar Economía.
La definición precisa depende del enfoque
de quien la define, si abarca esto y aquello, o aquello y esto otro, etc., etc.
Pero sin saber mucho de definiciones, el ser común, ese que constituye la
inmensa mayoría humana, sabe, entiende, y, sobre todo, intuye lo que
significa para él la economía.
Por esa vinculación inexplicada e
inexplicable, que existe entre sus actos e intenciones y sus intereses, su
bolsillo, su presupuesto familiar, olfatea con su sentido de sobrevivencia, con
meridiana claridad qué le conviene y qué no le conviene, qué es económicamente
positivo para él y los suyos, y qué no lo es, lo que es más bien anti económico
para sus intereses.
Hace mucho -desde la época de los Reyes,
los Marqueses y los Condes- sabe, intuye, siente, que los
impuestos, las recaudaciones obligatorias, que le impone el poder político de
turno son negativas, antieconómicas, para él y los suyos y
para la clase social a la que pertenece o se identifica con ella. Pero para los
que escriben libros, discursos y tesis que representan a los recaudadores, a
los que le quitan una parte o toda la riqueza que ha creado, resulta que eso es
económico. Les conviene, es parte del statu-quo que le permite a unos vivir a
costa de otros, legal y contundentemente.
Esa época ha dado paso a otras. Y los
escritores de libros y tesis siguen escribiendo libros y tesis que representan
los intereses suyos y de otros con quienes se sienten identificados. La
justificación para el despojo es el Estado, ese aparato creado por los que
mandan para imponer su voluntad, sus reglas y sus decisiones, a los demás, a la
mayoría. Y que sus justificadores califican como el bien común...ese
aparato encargado de hacer cumplir las reglas sociales, recaudar, imponer la
voluntad de los que mandan, pero que ellos presentan como un beneficio para
poder vivir civilizadamente.
Esa realidad -junto con muchos otros
factores sociales, políticos, culturales - ha ido conformando escuelas de
pensamiento, tendencias, y dentro de esas grandes tendencias, muchas variantes.
Las más gruesas: los partidarios de una libertad lo mayor posible, que abarca
la economía, la sociedad, un estado de tamaño mínimo y unos impuestos mínimos,
para maximizar para sí lo que cada familia crea. Y aquí empiezan variantes: de
qué se debe ocupar ese Estado y de qué NO se debe ocupar o sea en qué aspectos
de la vida NO se debe meter. Los dos extremos: el llamado liberalismo mercantil
y el otro extremo, el comunismo, dónde se mete en todo, lo decide todo y el
individuo casi desaparece como ente definidor, ya no decide nada, hay un
partido político que lo hace todo y si lo enfrentas, te desaparece, porque lo
colectivo está por encima de lo individual.
Este último caso, el comunismo, es la Anti-Economía. Es lo opuesto, lo inverso, la antípoda, de todo lo humano. Es
una "civilización" similar a un hormiguero, dónde las hormigas
individuales se subordinan total y absolutamente al hormiguero, con sus
estancos: el poder absoluto e indiscutido de la Reina, los trabajadores, los
soldados que defienden...
¿Cómo es posible que haya individuos que
prefieran el anonimato absoluto al protagonismo individual?
Porque hay pocos escritores de las reglas
del arte-ciencia y muchos de política, del arte de engatusar y
"pintar" el cielo en lo que realmente es un infierno. El Arte-Ciencia
es elementalmente claro: Hay un equilibrio lógico, inmanente, en lo que se crea
y lo que se puede gastar. Pero entonces nos han creado un sin número de
"políticas", de financiamientos comprometiendo al futuro, de dineros
de todo tipo, no equilibrados con nada, de intercambios comerciales
"favorables" y "desfavorables", etc. etc., todo encaminado
a disfrazar la verdad, a pretender hacer ingeniería social, pagada por las
propias víctimas.
Y sin ningún tipo de sentido común.
Solamente embaucar a las victimas buscando que apoyen lo que solo le conviene a
unos cuantos que se aprovecharán de todo. Crear una super estructura de
burócratas, especialistas, leguleyos, gobiernos que no gobiernan, poderes sin
ningún poder, cuyo único y verdadero fin es eternizarse en ese estado, vivir a
costa de los demás que sí trabajan y crean y aparentando ser unos héroes cuando
realmente son villanos.
Esa Anti-Economía llega a su expresión
suprema en los países comunistas. Son descaradamente tiranías, con un grupo
mafioso que asalta el poder y se lo queda para siempre, en nombre de una
supuesta sabiduría para ejercerlo en beneficio de los demás, y hasta retrocede
al poder hereditario de la nobleza. Son sociedades más cerradas que una caja de
seguridad, dónde no se sabe, ni se puede saber, cómo son seleccionados los que
mandan, que una vez empoderados solo son extraídos del poder por algún super-poderoso
de más arriba. Sociedades -perdón por llamarles sociedades- dónde la propiedad
es exclusivamente administrada, usufructuada y explotada por el
"Estado", que, sin ningún miramiento, causa o justificación, expropia
cualquier entidad no estatal, arruinando la producción o servicio de que se
trate. La ausencia absoluta de vinculación entre los operadores o trabajadores
y los negocios manejados por esa mafia desaparece toda posibilidad de esfuerzo
racional e introduce la doble moral, el interés malsano de apropiarse de lo que
no es propio, para poder sobrevivir e imitando la descarada usurpación de la
administración que hacen los mafiosos del poder central.
Toda esa objetiva barbaridad, diseñada
solo para usufructo exclusivo del núcleo mafioso gobernante, es presentada por
los vendedores de sueños como "igualitaria", con beneficios sociales
"gratuitos" y calidad de vida envidiable. Los menos avispados que se
conforman con lo que les dicen, creen eso y hasta intentan convertir sus países
libres a esa porquería. Hay un permanente intento de diseminar ese veneno,
pagado por las mafias empoderadas, porque como el cáncer, el primer instinto de
todo gobierno comunista es INVADIR a los territorios vecinos, apoderarse de sus
defensas sociales para facilitar la penetración y ELIMINAR la competencia que
significa la vida en libertad. La Anti-Economía es Anti-Humanidad,
Anti-Libertad y Sojuzgamiento. Todo envuelto en un precioso paquete de regalo
para incautos.