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Wednesday, December 9, 2020

Los síntomas de un colapso inminente

El creciente e imparable malestar de la población cubana viene galopando hace mucho tiempo y determina, sin lugar a duda, una especie de condena a muerte de la robolución que cumple 62 años de existencia dentro de unas semanas.

Los factores son múltiples, pero todos tienen un denominador común: la fatiga de la población cubana por soportar condiciones de vida tan deterioradas que van más allá del Tercer Mundo y el malestar extremo por el clima sociopolítico burocrático, anquilosado, corrupto y cada vez más alejado del mundo civilizado.

Desde el punto de vista material, el deterioro del nivel de vida de la población cubana es difícil de medir ya que la tiranía se encarga de esconder las estadísticas y falsificarlas. La moneda, mercancía de cambio por excelencia y medidor del valor, aunque distorsionada por decisiones oficiales, es evidente: un peso cubano en 1958 valía un dólar. No había mercado negro ni ningún tipo de paralelismo. Hoy hay un montón de paralelismos, incluso de "monedas" diferentes, el CUC, CUP, MLC, y otros muchos "medidores" oficiales, cuyo verdadero fin es esconder la realidad.

Esta es la realidad: el peso cubano vale entre 1/25 y un 1/150, según el cambio oficial o el cambio de mercado. Por lo tanto, el nivel de acceso de las personas al mundo mercantil ha descendido entre 25 y 150 veces. No estamos contando que el nivel de precios es disparatado y esas limitaciones están complementadas con racionamiento, escasez, mercado negro y corrupción galopante. Si tenías 100 Pesos en 1958, hoy tienes entre 4 Pesos y 66 centavos, que solo puedes gastar haciendo colas interminables y soportando la corrupción policial y de los propios tenderos.

Un segundo elemento es mucho más complicado de cuantificar, pero igual de asfixiante. En esta larga data de sufrimientos, se derrumban las viviendas, se deterioran las calles, se han destruido los acueductos y los alcantarillados, el sistema de transporte se ha colapsado varias veces. La tiranía no mantiene y mucho menos desarrolla la infraestructura.

El sistema educacional es uno de los peores desastres de esa robolución, tanto por su contenido, transformado en descarada propaganda, como en la plantilla escolar. Escuelas destruidas, baños inexistentes, inexistencia de libros y materiales escolares, maestros improvisados sin la calificación requerida.

El sistema de salud es otro desastre. Hospitales casi colapsados, inexistencia de insumos y materiales, falta de la limpieza y el orden más elemental, negligencias médicas galopantes que cuestan vidas y un significativo deterioro en el nivel profesional de sus graduados. Esa falta de preparación se debe a lo que significa la formación en una plantilla hospitalaria derrumbada, ausencia de medios y deterioro del personal facultativo, mezclada con la corrupción que les plantea a los pacientes pagar regalos y coimas para recibir tratamientos y atención. Los "graduados" en forma masiva son semi esclavos destinados a enviar al exterior para sacarles dinero a otros países.

Cuando se suma todo ese ambiente social y material, mezclado con la creciente opresión y represión asfixiante le crea una presión socioeconómica y política insoportable y genera la rebeldía ante el status-quo, la inconformidad explosiva en las aglomeraciones de colas y esperas y el inevitable surgimiento de protestas que ascienden de individuales a grupales y a multitudinarias. Si mezclas la violencia que ejerce el poder opresivo ante la más mínima disensión, pues el ambiente explosivo se incendia y el incendio se propaga.

Esa es la situación actual, complementada con lo imponderable: el surgimiento de jóvenes rebeldes y la espontánea creación de movimientos sociales y políticos que retan al poder establecido, que ciegamente aplica la fórmula que ha usado por 61 años: represión, intimidación, golpizas de brigadas de respuesta rápida y oídos sordos, desprestigio de los protestantes por su aparato monopólico de propaganda.

Hasta cuándo esa fórmula le seguirá funcionando es muy dudosa. Junto con ella viene lo que ha hecho sistemáticamente durante ese tiempo: abrir las fronteras a una emigración masiva y descontrolada que baja la presión social y le permite infiltrar agentes en otros países. Lo dudoso es cuáles países le permitirán esa invasión.

El hecho relativamente nuevo de la situación es la división de la economía cubana en dos partes: la economía en manos de los militares, que es la forma adoptada para robar a todo el pueblo cubano, escondido bajo el manto del secreteo y la complicidad de bandidos internacionales que le sirven de agentes de corrupción por una tajada de las ganancias, y una segunda parte, la civil, disfuncional, burocrática, anquilosada, sin recursos y rígidamente establecida sobre la base del poder estatal y el marginamiento de la poca propiedad privada, la represión de todo tipo de iniciativa y la más absoluta desatención, cuya producción es escasa, insuficiente y decreciente. Esa es la que tiene que financiar el nivel de vida y la actividad social. La primera es solo para robar.

¿Hasta cuándo podrá la tiranía cubana soportar la creciente presión social por un cambio?  

¿Cuándo explotará esa olla de presión que es la sociedad cubana? 

No hay que ser muy listo para poderlo estimar. El supuesto contenido ideológico de izquierda ha desaparecido por completo. Aquello fue un taparrabos de algo peor que fueron evolucionando hasta llegar a hoy,  un sociedad mafiosa, secuestrada por un grupo super corrupto de militares y cómplices civiles, llenos de riquezas ilegales, depositadas en bancos extranjeros que ha apretado el paso de la explotación hasta llegar a niveles que son insoportables. El mismo modelo de Venezuela, que se constituye como el llamado "Socialismo del Siglo XXI", que es la misma bazofia del Siglo XIX y del XX, pero ahora mucho más descaradamente dirigido por ladrones mafiosos.


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