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Friday, April 23, 2021

La Situación Cubana Actual

No hay dudas que la Revolución Cubana puede ser evaluada de dos formas opuestas: 

Una: Existe. Tiene y conserva un importante papel en la geopolítica mundial y no parece que esa circunstancia vaya a desaparecer a corto plazo, aunque parece muy difícil que se fortalezca, dada su precaria situación económica, política y social a corto plazo. Hay expectativas de una supuesta "apertura" por las autoridades heredadas del castrismo que albergan la esperanza de mantener su posición de punto de equilibrio mundial y la penetración capitalista para las inversiones, manteniendo al pueblo cubano esclavizado a su estrategia. Mantener la paz de los sepulcros, sin llegar a los cementerios sino mantenerlos a nivel de funerarias.

Segunda: Existe de milagro. Su situación política, social y económica es tan desastrosa que apenas puede concebirse que pueda seguir funcionando. El apoyo interno se ha ido esfumando y los signos diarios de inconformidad son masivos, el nivel de vida de la población ha llegado al subsuelo, el descaro con que la corrupción gubernamental se manifiesta es corrosivo, el deterioro abismal de la plataforma de vivienda, de salud, de comercio, de municipalidad, de vialidad, de cultura, educación, y demás elementos de la vida social es tan abrumador que resulta imposible imaginar cómo la población puede soportar esa situación a corto plazo que no sea por la aplastante represión política, social, civil, económica, financiera, educativa y la intimidación diaria y masiva para impedir un estallido social.

Dependiendo del extremo con que se analice la realidad, ambas realidades son ciertas. Y para cerrar el análisis, hay un relevo "generacional" de los puestos de comando de la política, de la economía, del gobierno y de la administración. Y el desprestigio de la autoridad para fijar acertadamente el rumbo, la estrategia de desarrollo es abrumador, objetivamente desprendido de la demostrada incapacidad de hacer algo bien hecho, que no sea reprimir y vivir de los demás.

El veneno paralizante de la represión, el adoctrinamiento, el aislamiento del análisis histórico de la realidad ha sido la más efectiva herramienta del inmovilismo sistémico que ha permitido 62 años de fracasos cada vez mayores, de involución económica, financiera, productiva, agropecuaria, de salud pública, de tecnología, de educación y del nivel de vida. 

La población, con honrosas excepciones, ha mostrado su capacidad de soportar todo lo habido y por haber, que solo se compensa con dos enormes fuerzas: la esperanza -casi como un sueño inalcanzable - de emigrar, de escapar de ese infierno de la vida cotidiana y el recibo de ayuda de sus familiares en el exterior, que socarronamente se llama FE (familia en el exterior) que alivia el infierno de escasez y explotación extrema, con remesas, recargas telefónicas, envíos postales y oficiales o clandestinos viajantes que le traigan el oxígeno financiero-material que les permita un respiro momentáneo del asfixio "revolucionario" del racionamiento, la escasez, el empobrecimiento, la ausencia de medios para sobrevivir, la falta de medicinas, el pésimo estado de la salud pública, el derrumbe de las viviendas. Engrosar las filas de casi un 30% de cubanos emigrados, desterrados, exiliados, cualquiera sea lo que se quiere aceptar.

Todo ello le ha permitido a los monstruos tener un tinglado de guatacas, chupamedias, alabarderos, en los medios, agentes de intimidación y la red de adoctrinamiento necesaria para mostrar un maquilladísimo intento de enseñar un soporte público que todo el mundo sabe -incluyendo sus propios amigos y cómplices- que es más falso que un billete de 7 dólares.

En este sombrío panorama no parece probable que la población encuentre el valor, o la decisión reprimida de "salir pa'la calle" a exigir que la parodia termine, que los culpables sean sacados del poder, juzgados y que se regrese a una sociedad medianamente normal.

Pero como sabiamente la naturaleza siempre encuentra una salida para solucionar estos graves atentados a la vida social, el propio miedo puede ser una herramienta. El obsesivo entusiasmo de los monstruos por encerrar a la gente por la pandemia – y el secreto impedimento de que haya pueblo en las calles - y poner todos los impedimentos para la libertad de movimiento, puede enseñarle a las victimas un nuevo camino: protestar sin protestar o protestar de forma pasiva, sin generar represión: dejar de asistir al trabajo, lo que en otras sociedades se llama huelga general pero que en esa situación de crisis de paralización de la vida social sin escándalos, puede designarse como "ausencia de asistencia a las obligaciones sociales" debido al miedo a la pandemia.

¿Cuánto podría resistir el monstruo sin el oxígeno de la participación diaria de sus esclavos?

La lógica parece evidente: al menos provocará un sacudión entre sus propias filas de "líderes" recién estrenados. Hay suficiente fuerzas represivas para ir casa por casa a sacar a trabajar a los esclavos? 

¿Y si los represores tampoco van a trabajar, por la pandemia? 

Francamente, en 62 años no hemos tenido una oportunidad similar...


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