Las
personas con un cociente de inteligencia normal se preguntan asombradas por qué
la pseudo filosofía barata del populismo socializante avanza en el mundo libre
a pesar que casi todo el mundo sabe, conoce, intuye, ha leído, o escuchado, que
el socialismo es una aberración de los liberales de
izquierda trasnochados que promueven un “socialismo democrático”
que no existe, no ha existido y no existirá. Imposible. Socialismo y
democrático son dos conceptos opuestos, imposibles que
existan a la misma vez. El que existe y ha existido es una
sociedad tiránica, brutal, empobrecedora que ha cobrado casi 200
millones de muertos, como víctimas de su propia existencia.
El
socialismo democrático es una entelequia propagandistica,
una propuesta vacía, hipócrita y vergonzante, que
promueve algo que los filosofos podrían llamar “una contradicción en sí
misma” ya que socialismo y democrático son dos
conceptos diametralmente opuestos, imposibles de coexistir en el mismo tiempo y
espacio.
El
socialismo es esencialmente anti democrático. Es la violencia
del poder político del estado, ejercida por un grupo dominante que se
apropia de ese poder, en contra del resto de la sociedad,
prohibiendo el ejercicio de la libertad empresarial, política y ciudadana para
preservar ese dominio sobre la mayoría, por una sola y simple razón: la
libertad de competencia entre la propiedad pública, administrada por una clase
en beneficio de ella misma y la empresa privada es aplastantemente conocida:
siempre la propiedad privada es más eficiente, productiva y socialmente
progresista que la propiedad pública, siempre gana la competencia por la misma
razón que un caballo de carreras siempre le gana a un asno: está mejor dotado
por la naturaleza para correr y ganar, lo que determina la gran contradicción
del “socialismo democrático”, solo funciona PROHIBIENDO COMPETIR, OBLIGANDO A
TODA LA SOCIEDAD A OBEDECERLO Y CRIMINALIZANDO A QUIENES NO ESTAN DE ACUERDO.
Bonita democracia socialista.
El
mejor y más explícito avance práctico del concepto “democrático” de esos
liberales de izquierda es la censura que ejercen sobre los que
opinan otra cosa. Censura del pensamiento y la palabra con
el “políticamente correcto” que es una mordaza auto-impuesta por inducción
social. Censura de la expresión pública en Tweeter, You Tube
y Facebook, que borra todo aquello que no es del agrado de los censores, que no
coincide con sus “verdades” o perjudica a sus escogidos. Imaginen lo que sería
si se apoderan del poder “democrático”.
El
socialismo “democrático” no es otra cosa que un chupete propagandístico
para incautos e ignorantes de lo que significa “socialismo” como
sociedad que impone dogmas, reglas y conductas sobre la población, disfrazadas
con bellas palabras,con conceptos grandielocuentes sobre los derechos de los
“menos favorecidos” y con similares remedios de uso general, iguales a
los ungüentos “maravillosos” que vendedores de feria vociferaban en el siglo
XIX.
Ambos
son cosas de ese siglo XIX: los ungüentos de feria maravillosos y el
socialismo. El socialismo “democrático” es una modernización
de la misma porquería del siglo XIX, solo que los modernos intelectuales
liberales de izquierda sienten vergüenza y tapan el desnudo con el
“democrático”. Y para acabar de mentir descaradamente, como
nos tienen acostumbrados, pues dicen con la mejor caradura posible que
los países nórdicos son socialistas democráticos. El mejor “chequeo de la
verdad” como se dice por los censores de You Tube, Facebook y Tweeter es
éste: chequeen las Constituciones de esos países.
Parte
inseparable de ese sancocho socio-político democ-ratico es su filosofía para
relacionarse con los enemigos, cuando de relaciones internacionales se trata.
Cuando se trata de cosas nacionales, los enemigos somos nosotros,
los que creemos en la Libertad, a los cuáles se nos aplica la intimidación, el
acoso y la agresión. Para eso están las brigadas de
respuesta rápida estilo cubano: los antifa y los colectivos estilo chavista de
BLM. Pero cuando se trata de relaciones internacionales con otros
estados, de países “contrarios”, tienen una filosofía
liberal, estúpida y suicida, que cree que los comunistas son malos porque son
pobres y que si se vuelven ricos, pues dejarán de ser comunistas. O
sea si tu alimentas todos los días a un cocodrilo, y le dejas libre, no
intentará comerse a otro ser humano…
En
el caso chino, esa “filosofía” los hizo, desde Deng Xiao Ping,
albergar la esperanza tonta que si les ayudábamos a ser ricos y poderosos pues
iban a ser leales amigos. La mismísima estupidez de los Obamistas con Cuba. Eso
se debe a la rampante ignorancia de lo que significa la
ideología comunista, basada en liquidar a los demás y ser únicamente
ellos los poderosos como forma eterna de permanecer en el poder por la fuerza,
donde el hambre y la pobreza son herramientas de opresión para quedarse en el
poder. O quizás hay otra cosa escondida…cómo se puede ser un
ilustre intelectual de izquierda y no ver lo que tus ojos te enseñan?
Lamentablemente
esas “verdades intelectualoides” es lo que inducen a pensar en los
estudiantes y los futuros profesionales que serán el gobierno del mañana. A su
vez, los comunistas infiltrados apoyan esa estupidez hasta el límite, pues…¿Qué
mejor ciego que quien no quiere ver? … ¿Qué mejor enemigo que quien
no quiere pelear? … ¿Qué mejor guardián del capitalismo que
quién vive cultivando la amistad y los negocios con sus enemigos? … Claro,
cuando eres amigo de los tiranos comunistas, hacer negocios con ellos es jugar
al seguro…Te enriqueces, y al mismo tiempo, hacer eterno el negocio a tu favor
condenando a los otros ciudadanos al esclavismo mediante el silencio cómplice e
interesado…