Los Estados
Unidos de América son una democracia con más de 200 años. Esa democracia está
siendo retada hace más de 50 años por la Organización Marxista llamada “Escuela
de Frankfurt”, cuyo objetivo es subvertir los pilares de esta sociedad,
mediante una corrosiva campaña para desacreditar sus columnas: la civilización
occidental judeo-cristiana, la familia, el honor, el amor por la patria y el
respeto a la Constitución y las Leyes sobre las cuáles se organizó.
Una de las
estrategias fundamentales es crear una mentalidad de nuevas ideas sobre toda
ese andamiaje socio-político para desprestigiarlo y sustituirlo por una “novedosa”
organización social que rechace los “viejos” principios y acepte unos “nuevos”.
Lo han estado haciendo mediante el reclutamiento consciente e inconsciente de
generaciones de “intelectuales” que abrazan esos principios y adoptan una “Tolerancia
Discriminatoria” al imponer una censura social de nuevo tipo, la “corrección
política” que amordaza y tilda de “fascista” a todo aquel que defienda las
tradiciones, el amor a la Patria, el respeto a los valores judeo-cristianos y
solamente admita en la media y en el comportamiento público lo que ellos
defienden. La meta es destruir la sociedad desde sus entrañas y sustituirla por
una sociedad basada en el Marxismo.
Una
importante estrategia es no mencionar ese propósito marxista para evitar el
rechazo por toda la enorme cuenta social de muerte, fracasos, represión y
envilecimiento que la historia enseña en todos aquellos lugares donde ha
triunfado. Imponer esas “nuevas” ideas para entronizar esas viejas y
deterioradas del Marxismo, rehuyendo
reconocer, en todo momento, que sea el Marxismo la base de esas “nuevas”
ideas para imponer las “viejas” desprestigiadas.
Una reciente
y novedosa “idea” es ahora desacreditar a toda costa a la Administración que les
ganó las elecciones en Noviembre del 2016, ponerle todo tipo de trabas y
zancadillas a la operación normal de un gobierno que tiene más de 200 años de
historia y valerse para ello de un ex primer mandatario que por vez primera no
entrega el poder y se retira, sino organiza un ejército de más de 30,000
efectivos bajo una bandera llamada “Organizing for Action” (OFA), que unido a
una cartera de miles de jueces reclutados para esa operación, le amarren las
manos a la nueva administración, y echen al país al caos. Ese ejército incluye
una buena parte de la “media” entrenada y reclutada en esas ideas.
Si el simple
anuncio de esta barbaridad antidemocrática, anti-norteamericana y subversiva no
es suficiente para que todo el que tenga el más mínimo respeto por nuestra
Constitución y el sistema legal salte en su asiento, es porque como nos tiene
acostumbrado el neo-marxismo, eso está disfrazado entre un enorme volumen de
basura cotidiana que esconde o pretende esconder esa conspiración disfrazada de
“juego democrático”. Enrolado está una buena parte del Partido Demócrata,
secuestrado por un declarado marxista y un musulmán. También algunos
Republicanos con protagonismo traumatizado, que piensan que “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
El Sr. Obama,
no contento con el desastre en que convirtió al país en 8 años de mandato,
ahora se empeña en destruir los fundamentos mismos de la nación que han
perdurado por 240 años.