Como es sabido, la llamada Asamblea Nacional se reunió la semana pasada en La Habana. Tenía dos fines: uno público y otro escondido. El público se anunciaba como una revisión de la situación económica de la actual República del Castrato. Esa dualidad es una forma muy utilizada de engañar: llamar la atención del público para que mire lo que hace una mano, evitando que mire lo que hace la otra y que es el verdadero propósito del manipulador en el escenario.
En el caso del
circo castrista, el verdadero objetivo escondido era aprobar y convertir en
Ley, una feroz censura de la utilización de las redes sociales, con un saco de condenas y de represion, escrita y
abierta, con toda la clase de abusos de
los derechos, que no ve ninguna organización internacional (mucho menos el cómplice
que manipula las Relaciones Internacionales de la UE, quien es un sirviente
ciego del Partido Socialista español,
descarada y abiertamente cómplice orgulloso de la mafia venezolana, de la
castrista, y de cualquier cosa que contribuya a desprestigiar el orden, el
respeto y la convivencia internacional) y que era parte del entretenimiento,
visitando a los tiranos coordinadamente (qué oportuno!) durante el show de la Asamblea.
Aprovecharon para
reforzar la payasada con una “defensa” histérica de Mala Fe, los dos papanatas
que pretenden, una vez más,
propagandizar la barbarie de 64 años de los grandes retrasos del pueblo cubano,
disfrazada como “avances” y “logros” ese retrasar contínuo y sistemático del
nivel de vida, la cultura, el desarrollo cientÍfico y técnico, la Vivienda, la
alimentación, la enseñanza, la sanidad, la mortalidad y cuanto otro indicador exista.
Es una verdadera proeza de la propaganda convertir toda esa destrucción para que el resto del
mundo, la acepte. Y algunos hasta la apoyen. La UE, a través de muchos de sus
alcahuetes, entre ellos.
Parte importante
de esa prestidigitación es posar como victimas, a pesar que sistemáticamente han
fusilado, agredido, golpeado, encarcelado, reprimido, confiscado, exiliado, por más de 64 años, lo que es una especialidad
de los que han asaltado por la fuerza a la nación cubana. Pero cada vez resulta
más complicado hacerlo, ya que las “victimas” fueron los verdaderos agresores,
los golpeadores, los violentos.
Toda esa
payasada, televisada y propagandizada a todo dar por los dueños del circo
castrista, tuvo una sorpresa inesperada: la posibilidad, hasta ahora,
desconocida, de transmitir en vivo el acto circense, por lo que cualquier
televidente (por muy lavado que tenga el cerebro, por mucho miedo que la
intimidación le haya inyectado y por mucha vigilancia “revolucionaria” de que
sea objeto) pudiese analizar la puesta en escena en detalle, no por estudiados
comunicados altisonantes, sino mediante el espectáculo en vivo y a todo color.
Y ahí es evidente
que los dueños del circo encontraron un problema no previsto: la gente pudo
evaluar la falta de enjundia de los “pre-claros” “delegados del pueblo”. Su falta de coherencia, de objetivo, de
criterio. Con una participación limitada únicamente a repetir consignas y pronunciar
frases que les gustasen a los dueños del circo y que ni de lejos, intentaran
hacer lo que se supone los había reunido allí: discutir y analizar los problemas existentes.
Los acuciantes
problemas que provocan que un gran porcentaje de la juventud tenga una sola
meta: emigrar. Por las buenas o por las malas. Por la puerta o por la ventana.
Para Rusia o para Miami. Para Alaska o para Haití.
Los acuciantes
problemas que hacen que los ciudadanos mayores parezcan zombies, hurgando en la
basura para poder comer algo, o muriendo de hambre frente a todo el mundo, en
plena calle, por desnutrición.
Los acuciantes
problemas que hacen que miles de niños carezcan de la más elemental
alimentación o que su cuidado sanitario provoque muertes masivas por
infecciones, por mala asistencia médica y por ausencia de medios de toda clase.
Todo ello llevó a
muchos a la comprensión de lo que observaban
atónitos: la enorme incapacidad de ese sistema
de ordeno y mando, de Partido único, que solo piensa en "agradar" a
una silla vacía que representa en sus mentes adocenadas al mismísimo causante original
de sus acuciantes problemas, un sistema que compele a decir lo que le guste a
sus esclavizadores, de ignorar rampantemente la realidad aplastante, y mucho
menos cualquier verdad.
Ese triste
espectáculo aclaró a muchos, las causas verdaderas de sus acuciantes problemas
y quiénes son los culpables. Y les dejó muy claro que las soluciones y remedios
a esos acuciantes problemas no están en las manos de los que los han provocado,
sea por la disciplina del ordeno y mando, sea por la ausencia impuesta de
críticas a la realidad aplastante que demanda cambios. Sea por el amor al poder
absoluto de los principales causantes de esos acuciantes problemas. No es el
“bloqueo”. Son las acciones de esos culpables, que sistemática e impunemente pretenden
esconderse detrás del mismo.
Como consecuencia
y respuesta a ese lamentable espectáculo pudimos ver, gracias a los medios
sociales, una intervención de una joven llamada Amelia Calzadilla. Quisiera
resaltar que su intervención (la “directa” como se dice en el argot) tuvo dos
partes. Una primera, referente a asuntos de enfoques y respuestas a otros que
la han criticado o la han apoyado anteriormente, a lo cual no me referiré, ni
es mi intención inmiscuirme en ese tipo de “directas” y “contra-directas”, ni
es el motivo de este artículo.
Mi intención es
subrayar que me asombró, muy positivamente, la madurez de su análisis, su
profundidad, tanto en la identificación de las causas de todos los “acuciantes
problemas”, como el dibujo, inteligente y enmarcado en la tremenda dificultad
que ella tiene para decir la verdad en aquellas circunstancias, sin dejar de
abordar las posibles soluciones, sin decir lo que ella no puede decir, pero
sugerirlo de la forma brillante que lo hizo para no estar hoy en la cárcel.
Soy Economista de
profesión, con años de ejercicio. He sido por años profesor de algunas de esas
materias entrelazadas con la práctica social en varias universidades y paÍses
del mundo. He practicado la investigación científica y el el estudio de los
modelos matemáticos para el crecimiento económico también en instituciones y países
diversos. He publicado materiales bibliográficos del tema. He sido testigo y
victima de las barbaridades y abusos de poder que por años han causado la
debacle a que se enfrenta hoy el pueblo cubano. Resalto esto para mostrar que no soy ajeno a
los análisis complejos y multidimensionales.
Como exiliado de
muchos años y crÍtico observador de la estupidez, el capricho, el sistemático
abuso del poder y el descarado aprovechamiento de sus posiciones dirigentes por
la mayorÍa de esos que se sientan a decir cuentos y mentiras, me siento muy esperanzado
de ver una persona joven, que estuvo comprometida con esa práctica, ha podido
dar ese salto que significó su análisis: sereno, profundo, identificador de las
causas y de las soluciones de esos acuciantes problemas.
La conclusión es
que solo se requiere des-lavar el cerebro. Apreciar la realidad sin dogma
alguno. Y ser honesto consigo mismo para exponerla.
Les dejo el
enlace para que cada uno de ustedes, que lo desee, en forma serena y analÍtica
pueda verlo y si les interesa lo suficiente, puedan estudiarlo.
Yo por mi parte
le agradezco a esta joven su claridad, serenidad y profundidad. Y el ejemplo de
que no se requiere ser académico, ni político. Solo se requiere honestidad y
compromiso con la verdad. ¿ Dónde están los miles de economistas, licenciados
en otras especialidades, docentes, investigadores y miles de otros cubanos para
complementar ese análisis? Porque toda solución debe ser diseñada para resolver
el problema.
Gracias!, Amelia
Calzadilla!
Este es el enlace que los
lleva a esa “directa”: https://youtu.be/5mFb85l9gJM
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