Los tiempos difíciles, de los que hablamos hace unos días, se convierten en tiempos de dura sobrevivencia para el sufrido, esclavizado, harapiento y encarcelado pueblo cubano.
Como es habitual, los “tunistros” y similares “dirigentes” de calaña equivalente, son enviados a “comparecer” en esa infame tribuna solo con un propósito: dar una mala noticia. Puede ser sobre el empeoramiento de las condiciones sociales, o de la producción de la rama que está a cargo de empeorar, o de la rebaja de las “cuotas” del racionamiento (desde 1962 que comenzó “provisionalmente”, tiene ya 62 largos y declinantes condiciones), o de cualquier otra cosa que se relacione con la vida de los ciudadanos, atrapados en ese campo de concentración que se hace llamar “Revolución Cubana”.
Curiosamente, nunca han explicado por quė el “cruel e inhumano bloqueo imperialista” incluye a sus amigos, socios y compinches de Rusia, China, Irán, España, y un gran otro etcetera, que tambiėn venden y compran prácticamente todo lo que aliviaría las penurias crecientes. ¿Será porque jamás han pagado un crédito? ¿Será porque lo que ingresan por exportar médicos, maestros, y todo esclavo que puedan, y lo declinante que exportan como tabaco, ron, frutas, vegetales… lo gastan solamente en su obsesivamente gigante y siempre creciente aparato represivo, y en gastos enormes de penetración y espionaje a otros países? ¿ O en propaganda?
Volviendo al personaje de turno en la Mesa Retonta de unos días atrás, el mismo, nos dejó saber la espeluznante destrucción lograda en los últimos cuatro años en: aves de corral, ganado porcino, ganado vacuno, y un largo etcétera que solo confirma lo que todos sabemos: que el socialismo es improductivo. Que es ajeno al concepto de producir. Que solo sabe fomentar la envidia por los que tienen algo, o por los que viven mejor y que la respuesta única ha sido, es y siempre será robarle lo que tienen para repartirlo, con la inevitable consecuencia de la destrucción de la cultura productiva, del fomento de la burocracia corruptora y corrompida, que empeora aún más cualquier posibilidad de solución.
Doscientos millones de víctimas así lo hacen constatar y solo es invisible para los que no lo quieren ver, porque aspiran a lograr pertenecer a esa clase de “dirigente socialista”, siempre, FURIOSA Y RABIOSAMENTE defensor de la igualdad (para los demás, porque el que reparte… se queda inevitablemente con la mejor parte, y poder impunemente disfrutar de las mansiones que confiscaron, de las abundancias para esa minoría que hacen posible el “secretismo” y la corrupción. Millones de infelices empobrecidos son constantemente sometidos al proceso de adoctrinamiento, desde la escuela hasta la universidad, desde el centro laboral hasta su vecindario, desde el cine, la televisión, el radio, la prensa, hasta los letreros en su propia puerta. Enseñarles a aplaudir la estupidez y a callar y obedecer.
El penoso estado y la tendencia autodestructora de la “gloriosa” Involución Cubana es uno de los muchos signos del inicio de un proceso global hacia la recuperación del sentido común. Proceso que ha revertido el infausto camino de la globalización, de la supresión del sentido común ancestral, por un impuesto “wokismo”, una desenfrenada invasión de inmigrantes que ha envenenado la Unión Europea y a nuestro país, en una tendencia perversa a desconocer la autoridad parental por una intromisión destructora de la niñez y la juventud para poder ser esclavizada mentalmente por esa oligarquía económica y política.
El fracaso escandaloso de todo eso que hemos visto impulsar en los últimos años tiene sus antípodas,re generadas por la inviabilidad obvia de ese camino. Las banderas de recuperar la cordura socio-política y los principios que guiaron a los Padres Fundadores de esta gran nación para convertirla en la meta de la humanidad, han generado el resurgimiento del patriotismo en varios países de la hasta ahora socializante Unión Europea, cuyos pueblos han llevado al gobierno a líderes de mentalidad, tendencia y compromiso con los valores tradicionales, como en Italia, en Hungría, en Holanda, creando un frente de contención que se convertirá en tendencia. ¡Quė decir de Milei en Argentina y de Trump en nuestro propio país!
La inviabilidad demostrada por la peligrosa tendencia socializante, globalista y destructora de los valores que la humanidad ha utilizado por siglos, para un progreso incesante, se recupera y hacerlo de forma segura y sin retrocesos significa votar por ello aplastantemente, a todo nivel; promover el sonado fracaso de los regímenes totalitarios que ya ven su final inminente y combatir el sinsentido en la vida cotidiana, regresando a los valores conservadores, familiares, patrióticos y formando en ellos, a nuestros hijos.
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