Aunque nuestro blog
está fundamentalmente dedicado a la economía, hoy trataremos un tema muy
relacionado con la política: la tormentosa relación entre el Partido
Demócrata, sus más fieles representantes y la época que vivimos.
Empezaremos por
recordar que durante mucho tiempo, el Partido, sus abanderados y los más
ilustres representantes de la Administración demócrata, se aliaron de forma
abierta y sin tapujos con la Prensa más influyente masivamente, la conocida sopa
de letras, ABC, CBS, NBC, MSNBC, y todas las otras siglas con las
letras B, C, o S, más CNN, el monstruo informativo creado por Ted Turner,
para diariamente presentarnos a la Sra. Clinton como la salvación del
planeta, de sus habitantes y de la galaxia a la que pertenecemos, paradigma humano de la excelencia y de los
valores de esa corriente de pensamiento que durante los últimos ocho años
impuso su manera de ver el mundo y cuyos resultados no son del agrado de la
población que ha sufrido esa incesante batida de imposiciones, que van desde
cómo, cuándo y a qué costo debes tener un seguro de salud, hasta el sembrado en
suelo nacional de incesantes y crecientes volúmenes de musulmanes, siempre
tratando de impedir que los demás se manifiesten mediante la habilidosa
utilización de la censura, denominada creativamente "corrección
política".
En línea con
organizaciones y países que comparten esas "maravillosas" ideas de que Estados
Unidos ya no es nada del otro mundo, que hay que liderar desde atrás y que el
mundo necesita un orden impuesto por otros, hemos contemplado con tristeza como
el país ha pasado a ser una especie de gigante paralizado, pagador de las
cuentas de los demás y destinado simplemente a ser el blanco de los ataques de
todo el mundo, mientras ha venido cediendo, día a día su potencial industrial a
países otrora emergentes y que se han ido convirtiendo en lo que Estados Unidos
otrora fue. El desangrado de un desbalance comercial permanente con otras
naciones y la perniciosa costumbre de imprimir dinero a cambio de bonos de la
deuda, ha concluido con la "bobería" de 20 Trillones de dólares en la Deuda.
Frente a esa cascada
de desgracias la solución para re-enrumbar al país hacia el camino exitoso del
pasado (un "back to the future" político) fue encarnada en y por Donald Trump, quien supo tomar el pulso del
problema, identificarse con el pueblo norteamericano que ha perdido sus
trabajos, atacado su esquema de valores y que ve en peligro su propia existencia. Eso convirtió al Sr. Trump en
la némesis de la candidata Demócrata, que tenía en el bolsillo la candidatura
porque así lo había decidido la cúpula del Partido antes y pese a la
Convención. Esto automáticamente convirtió al Sr. Trump en el blanco de los
ataques de toda esa flor y nata de "orientadores" de la opinión
pública" y cancerberos de la Primera Enmienda, siempre que sea a su favor.
Desde los noticieros y los programas de discusión hasta para los payasos del
entretenimiento del final de la noche, el Sr. Trump se convirtió en la
encarnación del Diablo en la Tierra, el insolente que pretendía disputarle a
los siempre informados y sapientes profesores de Harvard sus recetas de seguir
por el mismo camino cuesta abajo.
Todos sabemos que el
Pueblo Norteamericano intuyó por quién tenía que votar y así lo hizo,
otorgándole a los que estaban en el Poder, a la Prensa, a los profesores de Harvard,
la más formidable paliza que ojos humanos hayan visto. Pero como los sapientes
dueños de la verdad universal no pueden, ni saben perder, comenzó una
desenfrenada búsqueda de las razones de la paliza, claro está que no podía ser
la verdadera. Y fueron creadas las más diversas:
·
la perniciosa
influencia de Fox News, que coincidentemente cada día tiene más
seguidores...(por qué será?) tornándose en la anti-Obama y por tanto, anti-Hillary;
·
las investigaciones
del FBI sobre la irresponsable manera de organizar su correspondencia electrónica por
parte de la Sra. Clinton, (no a la Sra. Clinton y su irresponsabilidad, sino a
quiénes la investigaron)
·
la puesta a la luz
pública de los correos electrónicos de la campaña Clinton (no el contenido
embarazoso de los e-mails, sino la manera que nos enteramos por Wiki-Leaks);
·
la influencia rusa y
personalmente de Putin (palabra muy políticamente correcta que no significa
exactamente algo concreto) y que nadie ha podido especificar;
y por todas las
"razones" anteriores la Presidencia de Trump sería declarada
"ilegitima" a partir de lo cual ensayaron cuanto sucio truco está en
la lista de posibilidades, desde pretender corromper a los miembros del colegio
electoral, chantajear e intimidar, continuar el barraje periodístico contra el
Sr Trump, acudir a las "ilustres" celebridades, hasta el colofón
final: boicotear la Toma de Posesión del Sr. Trump y confesar que mantendrán un
obstruccionismo a toda costa en el Congreso para evitar que se aprueben las
Leyes, que se nombren a los Jueces, y un largo etcétera que no es otra cosa que
la lista de medidas que el Pueblo Norteamericano desea y que motivó que votaran
por Trump.
Toda esa larga lista
de acciones que por 8 largos años han impuesto no pueden admitir que la gente
no las quiere, que por eso perdieron abiertamente el apoyo popular y las
elecciones. Las consecuencias son devastadoras: Han perdido no solo la
Presidencia, sino ambas Cámaras del Congreso, la mayoría de las Gobernaciones y
de las Cámaras Legislativas estatales. Y frente a eso han reafirmado su
obstinada política fracasada y escogido el camino de convertirse en hazmerreir
público con ridículos gestos, amenazas, boicots, que los aíslan día a día de lo que
necesita una democracia: una oposición serena que presente alternativas
razonables y no gestos y perogrulladas simbólicas. Esa necesidad de la
democracia está por encima de las embarazosas acciones de estos perdedores y
tienen dos alternativas: ponerse a tono con la realidad o desaparecer y darle
paso a una nueva oposición, responsable, patriótica y portadora de corrientes
de pensamiento novedoso que puedan llevarla al respeto y reconocimiento
públicos.