El Presidente Trump comenzó a mover el país
ayer, primer día de trabajo en la Casa Blanca. Sin perder un minuto comenzó a
poner en marcha su estrategia para Hacer América Grande Otra Vez: Deshacerse de
los Acuerdos Multi-Nacionales sobre Comercio y reforzar el concepto de que el
Libre Comercio tiene que estar basado –cómo todo lo demás en la vida económica-
en el concepto de Libre Mercado.
Como muy bien sabemos, el Libre Mercado
funciona como regulador universal bajo una condición: la igualdad de todos los
participantes en sus intereses, su participación y su influencia sobre ese
mercado. Un mercado dónde alguien –solo o en grupo- es más influyente que todos los demás es un
engaño: el mercado subirá o bajará cuando le convenga económicamente a ese o
ese pequeño grupo. Así mismo, un mercado dónde unos gobiernos manipulan los
precios, la divisa propia, los salarios de los trabajadores, o lo que se puede
o no adquirir o vender y sus precios, no es un Libre Mercado, es un instrumento
para enriquecer ese país a costa de los demás que no hacen trampas y que si
respetan en sus países el mercado laboral, los intereses del capital, el valor
de cambio de su divisa, etc.
La trampa intelectual que esto significa le ha
costado a nuestro país una enorme pérdida, pérdida de dinero, pérdida de
trabajos, pérdida de capacidad productiva y lo que es peor, la pérdida de
esperanzas, cuando nuestros trabajadores han visto esfumarse sus fuentes de
trabajo a otras naciones sin ninguna contra-ventaja. Por supuesto que las
empresas van a ir a dónde les resulta más barato y eficiente operar, pero esa
eficiencia debe ser también la eficiencia del mercado no la de la voluntad de
los gobernantes que manipulan las condiciones para hacer más barato su país “por
decreto” no por el mercado.
El Presidente Trump es un Presidente activo,
participante de la acción cotidiana de poner en marcha su estrategia y ese
primer día incluyó importantes reuniones de intercambio con empresarios y
líderes sindicales para impulsar la creación de empleo y contar con el apoyo de
la clase trabajadora, la mayor beneficiaria del empleo masivo. Entendamos que
los empresarios fueron beneficiados de la trampa de otros gobernantes en la
operación del mercado libre y trasladaron sus fábricas a otros países para
obtener mayores beneficios con un costo rebajado mientras seguían vendiendo sus
productos al precio del mercado más rico del mundo. Los únicos perdedores eran
los trabajadores. Ahora están avisados que continuar haciendo eso, les costará
un impuesto a la entrada del país, compensando la súper-ganancia porque el
precio del mercado de consumo seguirá siendo libre. Los ganadores ahora son los
que vuelven a tener trabajo.
Ese es un primer paso esencial para Hacer
América Grande Otra Vez y comenzó ayer.
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