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Tuesday, September 28, 2021

La Sabiduría de los refranes...

 

A lo largo de miles de años del acontecer humano, incontables generaciones de testigos de las cualidades y defectos de nuestra especie han acuñado refranes que retratan y califican de forma abrumadora ambas partes de esa humanidad: las cualidades y los defectos. Ese descubrimiento de que hay un patrón de comportamiento, un modelo que se conforma en concordancia con la personalidad, las creencias, las apariencias, los miedos, la posición social... en fin, de las circunstancias que han moldeado la forma de cómo los seres humanos aceptan o rechazan los eventos, las obligaciones, las libertades o la ausencia de ellas... en fin, la enorme variedad de circunstancias en que se desenvuelve cada quién, pero que pese a esa enorme diversidad, se conforma un patrón de pensamiento, un modelo de reacciones, un sistema de actuación, no importa las enormes diferencias entre los individuos en cada época y tipo de sociedad en que se desenvuelve.

Así, se estimula el reconcimiento justo de las equivocaciones, para erradicar la tosudez:

“Rectificar es de Sabios”

De esta otra manera, a la justicia por pura casualidad:

            Ladrón que roba a otro ladrón, tiene cien años de perdón”

Cuando se evalúa el disfrute de algo que trae su inconveniencia aparejada:

            Sarna con gusto no pica, y si pica, no mortifica”

Para evaluar cómo enfocar las enemistades, cuando se presentan razones para olvidarlas:

            Si hay trato, pueden ser amigos el perro y el gato”

A quiénes rehuyen lo inevitable de los males que se presentan de forma inevitable::

            A quién no quiere caldo, tres tazas”

Acerca de la búsqueda de la conveniencia por encima de cualquier otra consideración:

            Si no puedes con tu enemigo, alíate con él”

Existen miles de refranes, frases cortas que retratan situaciones qe son generalizadas y que se les presentan a los seres humanos por el transcurso de la propia existencia, no importa la época o la posición social y ante las cuáles hay un patrón de comportamiento.

Con referencia a la hipocrecía y al comportamiento público, no importa frente a cuál circunstancia, hay abundancia de refranes. Es particularmente insidioso, caracterizador de personas con más interés en la apariencia pública que en la realidad, una frase que es un epitafio moral sobre quien se pronuncia y que retrata, sintetiza, la poca autoestima auténtica de la moral privada en personas sin escrúpulos interiores y con mucha preocupación por el “qué dirán” de los demás:

Vender el sofá

El concepto de “vender el sofá” es relativamente moderno, desde que apareció ese mueble. Se refiere al cónyuge que cínica e hipócritamente reacciona ante el engaño sistemático, diario y frecuente de su “media naranja” y que es ejecutado en un sofá de su propia casa, ante lo cual, y para el aparente beneficio de su persona ante los ojos públicos, reacciona “indignado” contra ... el sofá, vendiéndolo de inmediato, para recobrar su paz con el cónyuge infiel y su postura de persona intolerante con el engaño ante los ojos de amigos y vecinos.

En la época que vivimos, “vender el sofá” se ha convertido es algo común y hasta ha llegado a ser aceptado socialmente, aplaudido e imitado, por otrs que piensan igual al personaje. Examinen estos comportamientos:

-          Cuando hay personas desequilibradas que asesinan a otras personas, proponer prohibir poseer armas e imponer un control sistemático de ellas: eso es ”vender el sofá”.

-          Frente a las diferencias sociales en el nivel de vida de las personas, desconocer las causas y evitar proponer medidas que mejoren las posibilidades y  recursos disponibles para los retrasados, sino fácil y aparentemente “justicieramente”  proponer castigar a los más prósperos con cargas impositivas diferenciadas para compensar a los menos afortunados, no importa las consecuencias que eso traería. Es es “vender el sofá”.

-          Cuando se pretende culpar a la policía como institución, de actuar excesiva o preferencialmente contra grupos o razas, en vez de aplaudir y estimular el perseguir a los que roban, venden estupefacientes o se comportan agresivamente contra las demás personas, eso es “vender el sofá”.

Cada época, según la propaganda política que convenga, según se trate de echar “cortinas de humo” públicas para crear escándalos que convenientemente escondan otros, o se desee atraer el voto de ciertas capas o sectores de la población, se crean “sofás” a la medida que resulta atractivo “vender”.  

El “vender el sofá” de útima: Los caballos de la guardia fronteriza


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