La tecnología y su maduración alcanzada hacen posible a corto
plazo la erradicación de uno de los mayores obstáculos del ejercicio pleno de
la democracia: los políticos que la representan. Esas personas que se supone
sean los interpretes de la voluntad de sus constituyentes y en nombre de ellos,
y se supone que en su representación, se reúnen, debaten la cosa pública,
legislan..., en fin detentan un poder real que existe por delegación de los que
deben ejercerlo: los ciudadanos.
Las razones se basan en la práctica social. Era imposible que
todos los ciudadanos de una ciudad, comarca, estado o la nación, debatiesen, y
acordasen cotidianamente los asuntos de su interés, ya que la lejanía, la dispersión
geográfica, la imposibilidad de una comunicación verbal efectiva, entre otras
muchas razones, lo impedían.
Esa representatividad se ha traducido en contiendas
políticas, proselitismo, encono por diferencias de opiniones, de intereses, de cultura, entre otras muchas. Personajes con la habilidad, los recursos y la
elocuencia, para “entusiasmar” a los electores para ganar la contienda y a
partir de ahí, dedicarse a la cosa pública, han sido los que ha existido. Ni que
decir, que muchas veces se divorcian de lo que prometieron representar, del hecho
de que un disfrute de ciertos privilegios por encima del de sus electores, disfrutar mejores
ingresos, retiros, seguro médico, gastos pagados, y la permanente convivencia
con múltiples tentaciones derivadas de distribuir y utilizar fondos públicos,
entre otras muchas.
La revolución científica y práctica ocurrida en las
comunicaciones hace que una buena parte de las razones para esto, ya sean
obsoletas. La existencia de las Páginas WEB con toda la información para
cualquier debate y acuerdo está disponible para todos en los teléfonos,
tabletas, computadoras, smart TVs, es inmediata y facilita un conocimiento pleno
de lo que se discute. La participación controlada, con toda la seguridad, hace que
la opinión y el voto de cada uno sean computados instantáneamente y la
recepción de opiniones y valoraciones compiladas efectiva e instantáneamente.
Esta posibilidad de ejercicio de la democracia real y efectiva pone de manifiesto
la necesidad de replantearse el papel de las personas que hasta ahora viven
para “representar” a los que permanecen alejados de los salones de
consistorios, cámaras, senados, por razones que hasta ahora eran prácticas, y originaron
el concepto de “democracia representativa” que por cientos de años ha delineado
nuestra vida socio-política. Esas personas tendrían otro papel en esta
democracia directa que es necesario actualizar a la realidad que vivimos. Si la
propia realidad ha permitido que se utilicen esas herramientas en las sesiones
de esos representantes, ¿qué impide que se utilicen directamente por los ciudadanos? ¿Alguien duda que esa democracia
directa sería más sana, efectiva y adecuada que la representativa que se ha
tenido hasta ahora? ¿Por qué algo tan evidente y
provechoso no se plantea? ¿Es difícil o inconveniente?
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