El ejercicio del poder autocrático, ilimitado, inmisericorde, insensible a las aspiraciones y metas de sus propios ciudadanos y oídos sordos a las opiniones del resto del mundo, en el marco de relaciones de propiedad socio-comunistas, implica mantener ciertos rasgos contra viento y marea, que vemos rígidamente seguidos al pie de la letra por los autócratas conocidos hasta la fecha: desde Lenin y Mao, hasta Castro, pasando por sus sucesores y títeres.
Todos siguen la misma receta: silencio conveniente y sostenido
frente a las críticas y denuncias; cultivo de “amistades” de conveniencia entre
artistas, intelectuales y políticos del otro lado del muro; creación de un
grupo de chupa-medias y guatacas que monopoliza la prensa, los medios,
cualesquiera que sean, y se dedican día tras día, a anunciar a los cuatro
vientos las “bondades” que la Tiranía empoderada logra, teórica y
supuestamente, para el país, las juventudes, la cultura, el deporte… en fin,
para todas las expresiones de la vida social.
·
Intimidación
y opresión-represión generalizada, diaria y cotidiana, a cargo de las fuerzas
represivas y de los “voluntarios” de las organizaciones “sociales y de masas”
creados convenientemente para eso y cuyo cumplimiento de esa “sagrada” misión
les “asegura” su trabajo, su acceso privilegiado a un sistema de prebendas que
les haga difícil en extremo ” renunciar ” a ese papel represivo, opresivo e
intimidatorio. Por la propiedad estatal generalizada, quien no colabore expresa
y entusiastamente, con esas “tareas”, pues no puede ejercer los “cargos” de la
plantilla de funcionarios, dirigentes administrativos, profesionales, técnicos,
que le aseguren una subsistencia mínima y que le “aconsejen” no dejar de
apoyar, al menos en público y oficialmente, a la tiranía.
·
Control
absoluto de la información a que acceden los ciudadanos. Impedir, distorsionar
y denostar toda información que venga del exterior, exceptuando la de los
“amigos” y cómplices, que expresamente apoyen las acciones de la tiranía, sus
supuestos y grandilocuentes planes futuros y los supuestos logros sociales,
como la educación -transformada en adoctrinamiento obligatorio, diario y a todos
los niveles para todo nivel de educación, en toda programación de radio y T.V,
para toda publicación a cualquier nivel- la salud pública, cacareada como un
“derecho” que se ejerce a la discreción de las “autoridades” y acorde a la
posición política de los necesitados-los supuestos “logros” científicos y
culturales, auto validados como logros para la humanidad aunque sean solo declaraciones
vacías y logros disfrazados…en fin, un procedimiento cotidiano y continuado de
inmersión en la fábula de logros y alcances por la cual todo el mundo tiene que
agradecer a la tiranía y sentirse agraciado y feliz de vivir en esa “suciedad”
y obligado a apoyar a esa tiranía en todo momento y lugar.
·
Represión
despiadada e insensible de todo aquel que proteste, eleve su voz, reclame
derechos y/o sostenga una rebeldía pública de cualquier naturaleza. Esa
represión física estará siempre acompañada de la ratificación de largas penas
de cárcel, siempre en las peores condiciones humanas, que les obligue a meditar
cualquier acción social, por leve que parezca y mantenga un ejemplo
espeluznante para familiares, amigos y otros potenciales protestantes. Mantener
en esas pésimas condiciones a los sancionados para dos propósitos
fundamentales:
-
Primero,
servir de ejemplo barbárico, pero efectivo, para familiares, amigos, conocidos
y la población en general, paralizante de cualquier acción similar.
-
Segundo,
servir de moneda de cambio para “negociar” con cualquier personaje exterior que
abogue por ellos, la” liberación” a cambio de algo que ese personaje pueda
“conceder” de beneficio político y económico. En esa “negociación” siempre la
liberación será acompañada de un “extrañamiento” pues los “liberados” serán
puestos en un avión para otro país, erradicando cualquier ulterior
responsabilidad o consecuencias de esa liberación y del precedente represivo que
lo originó.
Esa es la “receta” que mantuvo en el poder a Stalin, a Mao, a
Castro, a Kim, a Maduro… y que solo puede ser superada por una verdadera
implosión.
Los que vivimos en Libertad generalmente pensamos de la forma
democrática que nos desenvolvemos, inmersos en derechos y transparencias que
nada tienen que ver con ese mundo oscuro de las tiranías, por lo que junto al
esfuerzo sistemático de ellas por ocultar la verdad, hace que entender esa
realidad sea difícil y nos dediquemos a esfuerzos que serían provechosos en la
Libertad que vivimos, pero bastante inútiles en la que las tiranías se
desenvuelven por lo que hacemos poca mella en su coraza de iniquidades.
Cuando el mundo libre decidió acabar con el Apartheid no
lo hizo solo con declaraciones. Lo hizo con sanciones que
ahogaron a los racistas y que les obligaron a entregar el poder.
Eso es lo que dicen las lecciones de la experiencia.
·
Dr
Fernando Dominguez
No comments:
Post a Comment