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Tuesday, May 21, 2024

Crimen y Castigo

La trayectoria de la mayoría de los pueblos de nuestro planeta tiene una cierta similitud. Ha sido generalmente condicionada por dos importantes elementos:

·  las tradiciones, con la forma peculiar de expresarlas de cada pueblo;  y,

·  la reacción, tanto la individual, la de grupo y la socio-colectiva, frente a eventos inesperados, dramáticos y de gran trascendencia, significado y consecuencias, a corto mediano y largo plazo.

Las tragedias desatadas por cataclismos, por agresiones militares, por invasiones y por similares sucesos dramáticos, generalmente acompañados de un elevado sufrimiento humano, cualesquiera sean las causas.

Ejemplos de notables reacciones fueron, por ejemplo, las acciones de resistencia y solidaridad del pueblo inglés frente a los bombardeos y agresiones nazis, y las de otras muchas poblaciones, durante las sucesivas agresiones sufridas a manos de esos monstruos.

En Cuba, frente a la reconcentración ordenada por Valeriano Weyler en la gloriosa gesta independentista, la solidaridad y el heroismo reforzaron la determinación por obtener la independencia, con notables ejemplos de sacrificio y patriotismo por parte de nuestros combatientes.

La monstruosa creación del  “campo de concentración”, utilizado tanto por los nazis como por los stalinistas, creó un fenómeno diferente. Quizás por lo aplastante del sistema, por lo oprobioso para el ser humano; ciertamente, fueron rasgos muy diferentes. La mentalidad del “campo de concentración” fue una especie de receta para anular cualquier reacción por parte de los reconcentrados y ha sido utilizada, con toda la peor intención, por los monstruos que le han seguido en esta época histórica: los castristas.

El acoso incesante, la represión desmedida, el abuso ilimitado, el encarcelamiento en las peores y más inhumanas condiciones, la violación de los más sagrados derechos, como el despojo de la patria potestad a los padres “desobedientes”; la inoculación de enfermedades mortales a los enemigos políticos para asesinarles con toda impunidad; el rosario de condenas exageradas por el solo hecho de elevar la voz contra cualquier medida, resultado o imposición; el extremo racionamiento a niveles infrahumanos de alimentos, electricidad. combustible, medicinas, y cuanto elemento para la vida se requiera, han creado, sostenido y definido que la vida misma no vale absolutamente nada para quienes no sean parte del régimen.

El “campo de concentración” como la vida normal, es la forma de vida impuesta al pueblo cubano, con el corolario de terror correspondiente. Esa es la manera de lograr el funcionamiento de la “paz de los sepulcros”,  impuesta en todo barrio, pueblo, ciudad, región, provincia...

Pero cabe una pregunta: Después de esa “paz de los sepulcros” vigente, ¿qué llegará?

·   ¿Cuántas madres y padres continuarán viendo morir lentamente a sus hijos por desnutrición y enfermedades derivadas de la insalubridad generalizada, ausencia de atención médica verdadera y medicinas?

·   ¿ Cuántos permanecerán callados ante sus mayores comiendo de la basura, cayendo desvanecidos en la calle y/o muriendo por la desidia y el abandono de la Salud Pública cubana, “potencia médica” solo para vender contratos de trabajadores de la salud a países del tercer mundo, para enriquecer a la cúpula de la tiranía?

·   ¿Cuántos permanecerán silenciados mientras sus parientes son cruelmente reprimidos en las cárceles y centros de tortura oficiales?

·    ¿ Cuántos seguirán yendo a las paradas de omnibus a ver NO pasar y NO parar al omnibus que necesita, mientras los jefes y  privilegiados no solo pasean y se divierten, sino acaban de gastar más de 50 Millones de Dólares en autos de lujo, importados desde el cruel imperio que los “bloquea”?

El resultado de esta preguntas equivaldrán a tormentas de rayos y centellas sobre la “paz de los sepulcros” impuesta por el régimen.

Y aunque no sabemos  en qué momento exacto ocurrirá, no hay dudas que todos sabemos que ocurrirá, más temprano que tarde.  

¿A dónde fueron a parar los “todo poderosos” nazis y los sádicos stalinistas?

¿De qué les servirá lo robado?

¿Quién o quiénes, los esconderán?

Su suerte, está echada...

Porque no hay crimen sin castigo;

no hay abuso sin fin;

no hay mal que dure cien años;

ni cuerpo que lo resista...

 

 

Sunday, May 12, 2024

La Mentira

El famoso escritor de la Edad Media, Nicolás Maquiavelo,  en la Italia de la época,  escribió recomendaciones, consejos,  al que sería el Principe heredero. 

En esa época no existían otros posibles “políticos” que no fuesen los miembros de la familia real, dueña absoluta del poder. El próximo “ejecutivo máximo” se denominaba “el Príncipe”, porque estaba en turno en la fila hereditaria para convertirse en el Jefe Supremo del clan. No importa el nivel: Rey, Duque, Marqués, lo que fuese.

Esos “consejos”, esa lista de principios, directivas, recomendaciones, para convertirse en “exitoso”, en aceptado, en bien acogido por sus súbditos, y por el resto de la sociedad, se ha convertido en una especie de “manual para el éxito de los politiqueros” que generaciones y generaciones de aspirantes han atesorado, medio en secreto, y medio abiertamente.

Por supuesto, mientras menos calidad humana e intelectual tiene el aspirante, más apego al listado.

Uno de los principales consejos de Maquiavelo es:  “jamás decir una verdad”.

Las verdades son, para esos personajes, una de las peores cosas que puedes blandir una mano, pues los escuchas serán testigos aplastantes, para siempre, de lo dicho.

No así la mentira, hábilmente elaborada para perderse en el tiempo, para futuras “interpretaciones”, para hábiles “donde digo, digo, dije Diego”, y muchas trapisondas más.

Aunque los politiqueros y los izquierdistas son fanáticos, al pie de la letra, de ese principio maquiaveliano de “Jamás decir una verdad. Y cuando te veas obligado a hacerlo, disfrázala entre tantas mentiras, que resulte imposible reconocerla”,  casi siempre se niegan a aceptar esta realidad.  Pero solo se requiere repasar varias “perlas” inolvidables de uno de los mayores estafadores de la historia, cubana, continental y global: el mentiroso en jefe.

La primera y con mayor connotación de mentira histórica: “ No somos comunistas y nunca lo seremos” .

Un segundo lugar en el concurso de mentiras gigantescas: “Crearemos una economía más grande y poderosa que la norteamericana”.  Esta mentira tiene olor a escarnio, a tomadura de pelo soberana.

Y qué decir de: “ los fregaderos de las cocinas cubanas tendrán tres llaves: una para el jugo de naranja, otra para la leche de vaca y la tercera para el agua”. Siéntase libre de evaluar si es solo una mentira gigantesca o está acompañada de cinismo,  sarcasmo,  tomadura de pelo,  burla al pueblo cubano, o qué?

Para cerrar el capítulo del mentiroso en jefe: “ Crearemos una bomba atómica azucarera; en tres años más produciremos 10 millones de toneladas de azúcar”. En realidad, la bomba atómica fue auto detonada. Destruyó la industria hasta los cimientos. No pueden producir ni la vigésima parte.

Como si fuese una venganza a la industria azucarera,  por no “cumplir con su meta”, la Bestia de Birán destruyó hasta  los cimientos, a más de 120 ingenios azucareros que daban trabajo y sostén a una buena parte del pueblo cubano y condenó a muerte, por inanición, a cientos de bateyes, poblados, que desaparecieron junto con los centrales azucareros, las colonias de caña, los talleres y servicios asociados, y un gran etcétera, que explica el hambre y la miseria en que han sumido a la nación, particularmente en las áreas rurales.

Con sus mentiras malditas y su complejo de ser un ser superior (recordemos que es el sumun del izquierdismo:  todo izquierdista sabe más que el resto del mundo, de lo que sea...) hizo cumplir algo que la sabiduría cubana tenía presente: “Sin azúcar, no hay país”

Para repasar las mentiras de esa claque que lo secundó, lo siguió, lo imitó, pues empecemos por el principio:  crearon una frase que los retrata: “Somos continuidad”.

Así, han continuado, día a día; minuto a minuto; diciendo miles de mentiras, por minuto. Negando la realidad que todos ven frente a si. Menos ellos, que ven una ilusión óptica, por supuesto, tan mentirosa, irreal, ilógica, como las tremebundas mentiras que les enseñó el Mentiroso en Jefe.

Su noticiero (que por algo llaman “menticiero”) cumple y sobre cumple todas y cada una de las supuestas tareas, metas, producciones, acopios, logros, “pa lo que sea”, que solo existen en las pantallas de los televisores, en las redes sociales que impulsan y en los aparatos de propaganda, subversión y creación de mentiras que ellos, sus cómplices y aliados, manejan.

Todo lo malo es culpa de USA. Es parte de su genética. Biden también culpa a Trump del caos que ha organizado. Todos son genéticamente “cortados por la misma tijera”. La culpa siempre e de otro, preferiblemente tu adversario.

Ellos le robaron todo, a todo el mundo y su tía, despilfarraron lo robado, destruyeron todas las propiedades, las industrias, la tradición y la cultura productivas de la industria, la construcción, el transporte, la agricultura, la ganadería, los hospitales, los clubes sociales, las viviendas, las calles, las ciudades, los acueductos, los alcantarillados, las carreteras, los ferrocarriles.

No saben otra cosa que robar lo que existe. Cuando lo acaban... pues se acabó. Se acabó por culpa del adversario. Son incapaces de producir, de organizar, de otra cosa que robarse lo que no es suyo. Siempre en nombre del pueblo. Pero ellos son los únicos “administradores”. Y claro está: el que reparte...se queda con la mejor parte.

Esa larga sarta de mentiras (65 años) tiene eco en sus agentes en todo el mundo, quienes descaradamente repiten esas mentiras, crean algunas nuevas y generan la confusión que les ha permitido ir degradando al pueblo cubano un poquito cada día, sin que nunca, jamás, se haya detenido la destrucción cotidiana y sistemática.

La gran pregunta es: Si toda la sociedad cubana se desmorona pedazo a pedazo, día a día, municipio a municipio, provincia a provincia, familia a familia, escuela a escuela, edificio a edificio, cdr a cdr, está próximo el día que eso deje de suceder. Ya no quedará nada por destruir. Ni esperanza que salvar. Ni familia que cuidar. Hasta los peores lame-botas perecerán. Hasta las agencias que le extraen dinero a los que escaparon para “mantener a sus familiares” dejarán de funcionar. La parálisis es inevitable.

¿ Cual remedio tendrá eso para los esclavos destruidos en todo sentido? 

Bueno, en mi opinión humilde: Obliga a empezar de cero. No hay nada, absolutamente nada, que salvar!

Todos los vicios, las mentiras, las perogrulladas, se terminan. Empezar desde cero, como en 1902.

Una lección, adicional (y para coger balcones):

Este maravilloso país que nos acogió, nos permitió volver a ser libres y volver a decir las verdades, está en peligro de la misma destrucción, por una gavilla de mentirosos y cuentistas de la misma estirpe.

Quieren salvarnos de varias cosas: del calentamiento global; del racismo estructural; de Trump y los Trumpistas.  Y otras cosas que no son muy claras de entender bien, pero,  quieren salvarnos.

Igualito que nos quiso salvar el maniático y mentiroso en Jefe. 

Si de algo vale la lección, hay que aplicarla!!!

Ojos Abiertos!

Tuesday, May 7, 2024

La Historia se Repite

La historia se está repitiendo continuamente, desde que la humanidad comenzó a escribirla, y dejó de ser juguete de otros actores poderosos.

La terrible historia de Hitler y su “apuesta” contra los judíos al asumir el poder en Alemania, fue a su vez, la consecuencia de una época de disolución social, de irresponsabilidad y de fracaso absoluto que fue la denominada “República de Weimar”, cuya inviabilidad práctica fue la asunción al poder del Nazismo. No es un tema del agrado de la izquierda...

No es descabellado asociar ese fenómeno al fracaso estentóreo de otra forma de gobierno similar: La República de Biden. Tampoco les gusta hablar de eso.

Podemos decir, otra vez, que la historia se repite. Porque jamás el pueblo norteamericano había reaccionado de esta manera. Mientras más persiguen a Trump, más respaldo tiene de toda la población.

Ya hasta los propios alcahuetes y “simpatizantes” de Biden, quieren a Trump.

La historia se repite. Jamás las personas decentes, los seres humanos normales, han respaldado a los abusadores del poder. Y el poder se les aleja minuto a minuto.

Frente a la barbaridad nazi se generó la Resistencia, la organización del mundo libre y de los que querían mantenerlo. Más de 5 años de batallas, millones de victimas, 2 explosiones atómicas, lograron regresar al mundo a la normalidad. Pero ya había sucedido antes, en la Primera Guerra Mundial.

Otra vez, la historia se repitió.

Ahora hay una conspiración mundial. Se agruparon los oligarcas, los tecnócratas y los serviles que aspiran a las migajas del poder omnímodo, para imponer, a la cañona, una Agenda 2030 utilizando la ONU y los poderes globales.

Una vez más se repite la historia: cuando la humanidad lo va descubriendo, se genera una legítima lucha de defensa. Frente a los “discursos” tenocráticos, las loas a la necesidad de salvar a la humanidad de si misma, surgen nuevas y poderosas voces llamando a la rebelion, a veces, desde su propia cueva:

Javier Milei los puso a borde de la crisis de nervios…la historia se repite y se repetirá.

Mientras más se quitan la careta, descubren su apetito esclavista y más globalistas se relamen de gusto pensando en la futura esclavitud masiva. La gente percibe, olfatea, que tiene que apoyar a quien se opone a eso. A quien quiere lo contrario:unos USA grandes, poderosos, imanes de la libertad y de la filosofía conservadora. La historia se repite.

Pero no basta solo en hacer llegar al guerrero a la Casa Blanca; sino en ayudarle a que se vuelva a repetir otra historia: los principios y valores de nuestros padres fundadores y terminar con el proceso corruptor que le ha arrebatado de las manos al pueblo su poder.

Decirle adios a todos los mecanismos burocráticos que han empoderado a los aprovechados, a través del ejército de permisos, cuotas, autorizaciones, y todo tipo de coyundas que empoderan a los burócratas y desarman a los politicos electos. Esto no es historia repetida. Esto es una tarea gigante que tiene nuestra nación para volver a ser la más grande, la más rica, la más feliz…y que hará despertar a otros, para que también repitan la historia: Recuperar el poder para el pueblo. 

Y lograr que la historia se repita.

 

Friday, May 3, 2024

El Infierno ...

La expresión que por antonomasia refleja, desde hace siglos, al concepto de  infierno en toda su magnitud,  por aplastantemente desesperanzador, lúgubre,  y antihumano; y  ante el cual “se pierde toda esperanza”  por la extrema desolación que encierra, se ha conocido por la humanidad como “el infierno de Dante”, debido a la elocuencia de quien lo describió; es un “infierno dantesco”.

En la terrible y desesperanzadora, desolada y lúgubre Cuba castrista, el infierno adquiere un nuevo y quizás peor aún concepto, que denominamos, “infierno castrista”.

Para una parte del mundo, mantenido en la oscuridad informativa de la propaganda castrista y por la siniestra complicidad de sus compañeros de viaje, de sus cómplices, de sus admiradores secretos, de sus enamorados fascinados con la opresión que les permite el enriquecimiento sin declarar;  mantener  vicios inconfesables y otras muchas bajezas, resulta “sorpresivo” que ahora se “enteren” de lo que muy bien saben, pero ocultan celosamente:

-          la enorme inmundicia en la que vive sumido el pueblo esclavizado, con un nivel de vida subterráneo, con pésima alimentación, insalubridad,  ausencia de bienestar social, en un sufrimiento silencioso, destructor de sueños y aspiraciones;

-          lo que pareciera imposible lo han superado totalmente, y peor aún, lo han tornado en inevitable, ciertamente aplastante y sin salida alguna que no sea pavorosa.

-          Y cada día, cada hora, cada minuto, siempre es irremediablemente peor que el anterior…hasta el clímax del máximo de la desesperanza.

Para aquellos que consideren este enfoque exagerado, baste simplemente  comparar el nivel de deterioro, de miseria, de indignidad, de abulia, de antipatriotismo, de ausencia de decoro, de embrutecimiento, de explotación extrema y exagerada, de esclavitud, de ignorancia, de regreso al salvajismo, de represión abierta y descocada, de vesania, de insulto a los creadores de la nacionalidad, de hambruna, de insalubridad; de robo descarado y extremo del erario público, de retroceso de cientos de años en la vida social, económica, política, cultural, sanitaria, de toda una nación.

Un infierno tan absoluto y aplastante, que ni los cementerios han escapado del desastre. Hace mucho que no se respeta a los vivos. Pero ahora tampoco se respeta a los muertos; ni se respetan a los hechos históricos. Y claro, que mucho menos, a la niñez. Cero respetos a la vida y la dignidad humanas.

Nada, absolutamente nada, escapa del infierno castrista...

Baste recordar que el esgrimido fantasma del carácter represivo con que fundaron su odio inculcado al régimen de Batista y el supuesto “desprecio” que nos tenían los vecinos norteamericanos, cuya ingeniería, sistemas administrativos,  participación en el crecimiento asombroso que experimentamos en la economía, en la atención y el cuidado de la salud, en la industria, en la educación, en el transporte, fueron el ingrediente “secreto” del impetuoso crecimiento de la prosperidad, de la vivienda, de la cultura popular, a niveles muy por encima del resto del continente.

Pese a todas esas verdades y realidades objetivas, la machacona industria de la mentira, del adoctrinamiento y de la agitación para convertir a nuestros mejores amigos y aliados en “enemigo a muerte” e inculcar un odio irracional a ese bienestar, que hoy, después de 65 largos años de infierno castrista, solo sería posible en un sueño de hadas.

El famoso principio de matar a una rana mediante “subir la temperatura poco a poco en un caldero con agua permite cocinarla sin que salte porque el cambio es paulatino y su sistema sensorial no la hace consciente del final al que la llevan hasta que es irremediable” es exactamente lo que han aplicado desde que comenzó el asalto a la nación en 1953.

La colaboración “desinteresada” del Departamento de Estado Norteamericano, del New York Times y otros entes “liberales” que fueron parte de esa conquista de la mente colectiva, fueron herramientas que permitieron cocinar a la rana sin remedio.

Pero cuando creemos que lo hemos visto todo, nos asombran, con mucho más y peor.

Hay una “última”, desfachatada, descarada, asquerosa y tremebunda acción del infierno castrista que  ha sido intimidar, por televisión, a los cuatro vientos, en un programa oficial del gobierno, y en la hora estelar de la TV nacional, mediante una especie de teatro bufo, conducido por uno de los peores seres que se presta para lo que sea, y con la presencia física de las mal llamadas “autoridades” oficialistas del “Tribunal Supremo” y  del Ministerio del Acoso y la Represión.

El único, descarado y cínico fin de esa payasada oficialista fue el de advertir a la población esclava que “salir a protestar”, “quejarse de la situación en público o privado”, reclamar cualquier supuesto “derecho conculcado” será, siniestramente juzgado, como “sedición”, “incitación a delinquir”, “propaganda enemiga” o cualquier cosa que se les ocurra; “delitos”, todos, que conllevarán obligatoriamente una sanción de 30 años de cárcel, o hasta la pena de muerte por fusilamiento.

¿Han dicho algo sobre ese descarado acoso e intimidación públicos las “respetables” organizaciones internacionales?

Ni la Casa Blanca, ni los Guaracheros de Regla, ni el Departamento de Blandenguería, han escuchado eso.

Ni ninguna de las respetables organizaciones internacionales.  Porque de repente, solo están dedicadas a salvar a los terroristas de Hamas para que puedan seguir haciendo lo que hace años y años saben hacer, con la complicidad, el silencio y la “solidaridad” de todos ellos.

Una vez más es preciso recordar algo que, aunque todos lo sabemos, parece necesario recordar cada rato.

El socio-comunismo-izquierdismo- muy demócrata, está contaminado hace mucho y hasta lo más íntimo, por ese cáncer invasivo, asesino en su fuero interno, que tiene casi doscientos millones de víctimas y cuyo objetivo final es convertir a la mayor parte de la humanidad en un sistema castrista.

En la misma tiranía, el mismo “infierno castrista”. Comienza por “penetrar” con sus cantos de igualdad, su odio a la dedicación al trabajo, para que esa contaminación se torne en destrucción, en apoderarse de las capacidades vitales de la sociedad víctima y chuparle la vida hasta dejarla sumida en el “infierno castrista”, donde todo es perfecto, pero no funciona nada…más que la esclavitud a los “dirigentes”, seres convertidos en perfectos por el poder. Incriticables. No apreciarles significa se apóstata, deleznable, gusano inmundo.

Ahora, sorpresa, tienen competencia interna: la oligarquía demócrata tiene un plan similar, pero “más bonito”: Se llama la Agenda 2030 de la ONU. Una esclavitud disfrazada con tecnología. Pero con iguales resultados: esclavitud. Pero ahora justificada por un bla-bla-bla diferente, del siglo XXI, completamente diferenciado del lenguaje apocalíptico del siglo XIX y su lucha de clases y similares “tonterías” anacrónicas.

Ahora el cambio es para salvar al mundo, de si mismo, del cambio climático, que es culpa suya; de la población excesiva, que también es culpa suya; del cultivo de la tierra y la crianza de animales, que también son culpa suya, para llegar al similar estado de encantador paraíso que aquellos ofrecían, pero ahora basado en la Inteligencia Artificial, en la administración perfecta de la tecnología y en que no tener nada será una felicidad suprema.

Esclavitud paradisíaca. Comer hamburguesas de cucarachas. Eliminar la “familia tradicional” para evitar que nazcan más hijos. Nada, boberías para salvarnos de la destrucción autoinducida.

Escoger: del “infierno castrista” al “infierno tecnológico”. Ya eso no nos permite quedarnos al margen. O esclavos del “infierno castrista” o del “infierno tecnológico”.

Impedir que eso suceda es nuestra primera prioridad o seremos sus víctimas. De todas formas esclavos…Y el problema lo tienes tocándote la puerta.

No hay forma de hacerse el que no te enteras. Eso es de lo que se trata.

No se puede esconder la cabeza.

¿Peleas o te rindes, ya?