El pantano político-gubernamental comenzó hace casi 100 años, con FDR, que llegó a la Casa Blanca en 1932 por la pésima manera en que se manejó las finanzas del país y que condujo a la crisis bancaria de 1929, de la mano Republicana.
Los aspirantes al poder eterno
concluyeron que hacer lo contrario era lo correcto. Y llenaron al país de
modificaciones a los sistemas, reglas, gasto público y emisión monetaria,
descubriendo el inmenso poder que se esconde detrás de manejar las finanzas de
los necesitados.
El keynesianismo entró por la
puerta grande y se ha mantenido destruyendo el valor de las diferentes monedas
hasta hoy.
El tener que preparar el país
para enfrentar al nazismo y al militarismo japonés, el mantener todo en orden
demandaba el surgimiento y la manutención de esos burócratas administradores,
por encima de partido alguno. Y les
abrió los ojos de lo agradecidos que son los mandamases de las corporaciones
cuando reciben jugosos contratos…
Mantener el liderazgo
norteamericano en el mundo era una bonita fachada para consolidar ese espeso caldo
de cultivo, perfecto para la impunidad y el anonimato. Fueron las bases de lo que Dwight E
Eisenhower llamó “el complejo militar-industrial” en los años 50,
para retratar el crecimiento, la instalación de esa maquinaria en el poder
real, detrás de bastidores.
Junto a ese fenómeno ocurrió otro:
la instalación en la Universidad de Columbia y su posterior contaminación al
resto de la élite del grupo de Frankfurt, el núcleo de intelectuales marxistas
que reinventó la lucha de clases como lucha cultural a todo tambor y que hoy
vemos, anonadados, creando víctimas, victimarios, sexos, géneros, censura de
ideas, y destruyendo la familia, la religión, la decencia, y un largo etcétera,
cuyo conjunto constituye las columnas de nuestra civilización.
Donald Trump fue, desde el primer
día, el objetivo a destruir de toda esa mafia empoderada que se mantiene
aglutinada por la complicidad, la corrupción, el hoy por ti y mañana por mí y sobretodo,
porque NO ERA, NO ES Y NO SERÁ nunca uno de ellos. Su perfil es de enemigo
porque se basa en lo contrario. Su fortuna viene de los negocios verdaderos, su
amor por la nación viene de su cuna y su despiadada forma de tratar con sus
enemigos, de la vida diaria de los negocios a rajatabla.
Supieron, al instante, que la
amenaza a su poder había llegado y que, de no destruirlo, él acabaría con
ellos, por la esencia verdaderamente popular de su mensaje, coincidente con los
verdaderos intereses mayoritarios. De ahí que no puedan excluir lo inimaginable
para evitar que pueda GANAR, porque de ganar, millones de almas se unirán para
volver de veras a hacer América Grande otra vez, usando correctamente esos
ENORMES RECURSOS que se roban, dilapidan y malgastan, en bien del pueblo
norteamericano y para engrandecer a la nación sobre las bases de su origen y
desarrollo iniciales.
Esa mafia ya ha mostrado su
inmenso poder y la impunidad en utilizarlo. Baste solo con averiguar por qué no
sabemos a ciencia cierta quién fue y cómo ocurrió el asesinato a JFK, y cómo su
familia entera fue excluida del poder. La más aparentemente poderosa de su
tiempo, y en el pináculo de ese poder aparente.
Es obvio que una gran parte de
los políticos en ejercicio pertenece a ese club, con o sin planilla de ingreso.
Aborrecer a Trump no ha sido, no es y no será exclusivamente por parte de los
demócratas. Basta con solo recordar dónde están los que perdieron con Trump en
las primarias de 2016. Y volverán a suceder cosas similares. Cualquier cosa,
menos arriesgar que el rubio alto del zapato negro llegue a dónde los puede, si
no acabar, al menos lastimar seriamente…
La estructura de poder “democrático”
ha engendrado fenómenos similares en todo el mundo occidental y es responsable,
por detrás de la fachada, de las políticas de muchos otros países.
La Agenda 2030 y el esclavismo
científico que pretenden implantar es una fotografía de lo que desean: poder absoluto.
La utilización de la Inteligencia Artificial en contra de todo el mundo,
aparentando lo contrario. Como siempre. Fíjense en lo que hacen y no en lo que
dicen.
Y al igual que en el nuestro,
vemos una creciente ola de concientización popular que amenaza a esos poderes
que también han prohijado la creación y desarrollo de las mismas políticas
destructoras de la civilización en países de Europa, América Latina y otros.
No es coincidencia.
El péndulo llegó al extremo de su
recorrido anterior y comienza un nuevo período de avance en sentido contrario.
A nuestro favor. Y hay que aprovecharlo!
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