Entender el bien y el mal y su esencial contra-posición es esencial cuando
se trata de explicarse las motivaciones, conductas, y las acciones de los seres
humanos. Sobre todo, cuando se trata de motivaciones, conductas, y acciones
colectivas, que son aquellas que se plasman en la historia, que condicionan la
existencia de un sistema económico, social y político y sus transformaciones.
No importa cuán motivado, decidido y resuelto a actuar, sea un individuo,
sus acciones solo provocarán una decisión colectiva, masiva y transformadora,
cuando esa motivación para actuar se convierta en un fenómeno colectivo, que
traspase los marcos del individuo, transformada en un fenómeno de masas.
Todas las tiranías que han existido han logrado sobrevivir mientras el
natural rechazo que ellas producen en los individuos se restrinjan a eso: a
individuos o pequeños grupos, cuya fuerza social y colectiva no ponga en
riesgo, y mucho menos elimine, ese mal.
Es por ello que las tiranías acudan a despertar en las mayorías, todo lo
contrario. Acuden para eso a muchas herramientas:
· -la mentira abierta y descarada sobre sus objetivos, organizaciones y el futuro
que lograrán;
· -el supuesto bienestar que lograrán para la mayoría;
· -el carácter patriótico y a la historia, de todas sus acciones y
motivaciones;
· -la creación de grupos de defensores a ultranza de sus acciones, de sus
dirigentes y de sus políticas, basados en
o
el fanatismo;
o
la intimidación individual y de grupo;
o el ejercicio de la violencia, contra sus opositores, tanto por esos fanáticos como por fuerzas militares de represión, sin ningún freno ni miramiento para lograr su objetivo de aplastar la oposición;
la creación de una red de propaganda y adoctrinamiento sin precedentes, en la que participan todos los medios de influencia, que abarca absolutamente toda la actividad diaria:
o
desde el amanecer hasta el anochecer;
o
desde la más tierna edad hasta la vejez;
o
desde todos los ámbitos.
§
la casa,
§
el vecindario,
§
la ciudad,
§
la provincia,
§
la nación… en todo el espacio vital;
·
-la creación y desarrollo de falsos opositores que:
o
desalienten a los que puedan constituir un futuro peligro;
o
desprestigien a los que realmente sean opositores y cuyo ejemplo serviría
de aliento a la población;
o
descubran a los individuos y grupos que comiencen a sentirse proclives al enfrentamiento;
o
infiltren a los grupos que comiencen a generarse contra el régimen para
desarticularlos, legal o violentamente.
Ese pesado manto de silencio, opresión, intimidación, represión,
encarcelamiento, delación, torturas, está enfocado a una sola meta: crear el
sentimiento de indefensión frente a ellos. Evitar, a toda costa y a todo costo,
el surgimiento de la menor disensión, del menor atisbo de ideas diferentes, en
fin, desmotivar la oposición y fomentar una barrera mental de miedo atroz a
otra forma de vida, a todo lo que ponga en peligro “sus conquistas sociales”, y
al conformismo más absoluto frente a su miseria, porque “cualquier otra cosa
sería peor”, “es inútil rebelarse contra el poder absoluto” y HUIR DEL DOMINIO
DE LA TIRANIA es la única alternativa razonable.
Esa “mentalidad de campo de concentración” solo se puede vencer con dos
elementos de suma importancia:
§ La insostenible existencia por el extremo a que llega la
tiranía en el fomento del hambre, la muerte masiva de familiares por el carácter
crecientemente fallido materialmente de la sociedad, en proporción a la
militarización, la represión y la corrupción galopante y la creciente brecha
entre la realidad apabullante y la mentira oficial. Esto condujo al levantamiento
popular del 11 de julio, cruel e inhumanamente aplastado por el aparato de
violencia organizada y desprestigiado por el aparato de propaganda masiva.
§ El surgimiento de nuevas esperanzas, derivadas del
ejemplo de los logros y avances alcanzados por otras sociedades que lograron
deshacerse de la tiranía o que alcanzaron niveles de vida insospechadamente
buenos, debido a una organización social diferente y a una libertad ahora
inexistente.
Un camino que abrió hace unos días un espacio llamado “Enfoque Ciudadano”
con una muy interesante pregunta: ¿Hay esperanza para Cuba? El entrevistado,
César Reynel Aguilera, es un conocido pensador con una obra y trayectoria de
peso. El programa fue la manifestación clara de que la esperanza real nace del
conocimiento de la verdad sobre la encrucijada en la que haces el
cuestionamiento sobre la esperanza.
Y se trató de que conocer situaciones similares a la que sufres, en las
cuales un pensamiento inteligente adoptó soluciones que vale la pena contemplar
para constatar que sí hay esperanza, cuando se enfrenta el problema de forma
adecuada y que esa solución te lleva a niveles insospechados de bienestar, en
contraste con la miseria apabullante de la tiranía.
Pueden ver el programa (altamente recomendable) en este link:
https://www.youtube.com/watch?v=Lq6lmI3Q47k
No comments:
Post a Comment