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Wednesday, December 14, 2016

Salud de la Economía


La palabra Economía es un concepto que alberga muchas acepciones en la mente de humana. La Economía, entendida como esa intuición que tenemos (al menos la mayoría) de obtener provecho favorable en cualquier intercambio con nuestros semejantes, pues existe desde siempre que tuvimos “uso de razón”. Es un agente invisible de nuestra conciencia interior que frente a un dilema de intercambio nos aconseja hacerlo de la manera que nos sea más favorable, que recibamos más de lo que entregamos a cambio, ya sea dinero, sea objetos u otro bien o servicio. Esa intuición se convierte en colectiva a nivel de la familia, del vecindario, del gobierno. La salud económica de cada individuo dependerá del signo positivo o negativo de sus intercambios. Los perdedores consuetudinarios empeorarán sistemáticamente hasta su ruina, equivalente a una especie de “muerte económica” resultante de la creciente mala salud, mientras los ganadores gozarán de una salud económica rebosante, reflejada en su nivel de vida en todo sentido. El resultado global se supone de suma cero, ya que los montos acumulados de los ganadores serán iguales a los montos de los perdedores, sin que se creen o se destruyan saldos finales globales, solamente lo serán individuales.

En la Economía Global, los cuatro protagonistas que presentamos, en forma muy simplificada funcionan así: Tienen ingresos y gastos en su actividad vital cotidiana. Las Familias reciben ingresos por salarios, por ganancias, por intereses; de sus ingresos pagan los impuestos, compran los bienes y servicios que necesitan y el saldo de esa cuenta es el ahorro (cuyo signo puede ser positivo o negativo). Las Empresas compran las materias primas y materiales, deprecian su equipamiento, pagan los gastos de servicios imprescindibles y los salarios. Al concluir su ciclo el valor que ingresa debe cubrir esos gastos para poder volver a realizar el ciclo siguiente y de ahí deduce los impuestos, reparte las utilidades de acuerdo a su forma de propiedad y la diferencia la ahorra o acumula para poder crecer a un nivel más alto en el siguiente ciclo. El Gobierno recauda los impuestos de las Familias y de las Empresas y los ingresos fiscales de su actividad, sostiene un grupo social de personas incapacitadas para trabajar, jubiladas y las fuerzas del aparato gubernamental, incluyendo el orden, la impartición de justicia, la defensa de la nación y las demás actividades sociales imprescindibles a la vida civilizada, al fomento de la educación y la cultura sociales y del saldo de ingresos y gastos del Presupuesto obtiene un Saldo que también puede ser positivo o negativo y que denominamos el Ahorro del Gobierno. Cuando el Gobierno no puede cubrir sus gastos acude a un préstamo. Puede vender bonos pagaderos a un plazo, puede emitir dinero sin respaldo (inflación), puede pedir un empréstito a otros gobiernos, y otras soluciones. Las implicaciones de esas soluciones para la salud económica del país son similares a la de una Familia o una Empresa. Pero el Gobierno tiene un poder invisible al emitir más dinero, El monto adicional emitido, sin respaldo, está rebajando en esa misma proporción el valor de la unidad monetaria. Equivale a un impuesto invisible y obligatorio a los ciudadanos. * Finalmente, el Resto del Mundo nos vende las Importaciones para todo proceso social y nos compra las Exportaciones. El saldo es el Balance Comercial. A ese Balance Comercial se le añaden las Transferencias de Capital, las remesas internacionales y otros gastos financieros de las relaciones internacionales y produce un resultado final, un saldo de Ahorro del resto del Mundo, que es contrario al del país.

Si resumimos ese esquema de equilibrio global dinámico, se tiene que la suma del Ahorro de las Familias, de las Empresas y del Gobierno constituye el Ahorro Nacional, cuyo fin financiero es pagar por el crecimiento. El crecimiento es el elemento dinámico que permite que el siguiente ciclo, crecido y aumentado, también esté equilibrado. En nuestro país, ese Ahorro Nacional hace más de 40 años es negativo, el Gobierno sistemáticamente gasta más de lo que recauda. Ese déficit acumulado es financiado por el Resto del Mundo, y partiendo de que también hace décadas que cada año el país importa más de lo que exporta, el endeudamiento es por miles de billones de dólares (esos montos son enormes y  se suman al incesante aumento de las remesas y otros gastos financieros internacionales.

La salud del Sistema está resentida ya que el problema se retroalimenta con la exportación de la producción a otros países que hace perder todo el ciclo productivo, disminuye los ingresos de las familias, la demanda interna y compromete más aún al Presupuesto al tener que otorgar crecientes subsidios a las Familias carentes de un empleo.

El sistemático declive de la salud económica de la nación no puede ser infinito. En los últimos ocho años la deuda del país se la elevado de unos 5 Trillones a 20 Trillones, acompañado de la disminución sistemática del poder de la moneda, del endeudamiento gubernamental por gastos excesivos a la capacidad. Se puede argumentar cualquier cosa respecto a la necesidad de gastar en esto o aquello, pero no se puede aceptar que inercialmente marchemos a una bancarrota nacional, a una debacle económica sin proporciones comparables dada la enorme magnitud de nuestra nación.

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* Muchos profesionales increíblemente minimizan ese problema, o lo ignoran totalmente. En 1944, por el Tratado de Breton Woods, las naciones que crearon el Fondo Monetario Internacional para poner orden al caos, definieron que el valor de un dólar americano era de 34 Onzas Troy de Oro. Hoy la Onza de Oro Troy vale hoy alrededor de $1200 así cada dólar es equivalente a solamente 2.8 centavos del dólar de  1944. Eso obliga a la constante subida de los precios de todos los factores, para que el gobierno pueda financiar su desequilibrio.

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